Frente a los daños ocasionados por el derrame de petróleo en la quebrada de Inayo, en la región amazónica del norte de Perú, Monseñor Alfredo Vizcarra y agentes de pastoral de la zona selva del Vicariato Apostólico San Francisco Javier , manifiestan su preocupación y reclaman medidas urgentes “que ayuden a resolver los daños que este accidente está ocasionando a la naturaleza en esta región y especialmente por el perjuicio producido a los habitantes de las diferentes comunidades, que están asentadas en la ribera de la quebrada Inayo, del río Chiriaco y del río Marañón”.
Ante esta grave situación, afirman en un comunicado público enviado a la REPAM, “las autoridades deben afrontar con responsabilidad, prontitud y solicitud para dar una respuesta satisfactoria a este desastre”. Señalan también que “todos los peruanos estamos llamados a solidarizarnos con los afectados. Por eso, habiendo estado en el lugar y después de habernos informado ampliamente, invocamos a las autoridades para que:
- la indemnización de las personas afectadas sea acorde con las pérdidas de las campañas agrícolas correspondientes, su único medio de subsistencia.
- la remediación se lleve a cabo hasta garantizar que la calidad del agua sea la requerida para evitar todo riesgo a la salud y la vida de las personas, de los animales y del medio ambiente.
- se haga un monitoreo continuo de la calidad del agua de los ríos contaminados por el derrame, hasta que los resultados demuestren la remediación completa de la contaminación.
- se mantenga a la población ampliamente informada de todas las acciones de protección de su salud y de preservación del medio ambiente.”
Además, indican los líderes religiosos, “creemos muy necesario que se ataquen las causas de estos accidentes (quebrada de Inayo, Morona y Pucará) para que no se sigan repitiendo. La sucesión de estos ¿no son muestra de que las instalaciones de conducción del petróleo son obsoletas (40 años de antigüedad) y de que necesitarían ser renovadas o reemplazadas?”
Finalizan señalando: “Elevamos hoy nuestra voz inspirados por el Evangelio y las palabras del Papa Francisco que nos invita a promover una “ciudadanía ecológica” [LS 211]. También nos dice que “vivir la vocación de ser protectores de la obra de Dios es parte esencial de una existencia virtuosa, no consiste en algo opcional ni en un aspecto secundario de la experiencia cristiana” [LS 217].”
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Fuente: REPAM