Dirigentes de la comunidad shipiba confirman que su vecino llevaba más de una semana enfermo, tomando tratamiento y remedios naturales. El hombre se encontraba solo ya que sus familiares están en Pucallpa y no se supo de su empeoramiento de las últimas horas. Se presume un alto índice de contagio en la zona.
Por: Caaap
14:15|10 de mayo de 2020.- Hoy por la mañana y las primeras horas de la tarde efectivos policiales y personal de la DIRESA Lima Norte, de acuerdo al protocolo de recogida de cadáveres, han retirado el cuerpo sin vida de un vecino de la comunidad urbana Cantagallo, en el distrito del Rímac (Lima). Tenía 38 años y, desde hace más de una semana, presentaba síntomas evidentes de COVID-19. Es por eso que, según indican dirigentes de la comunidad, venía intentando recuperarse con remedios naturales y el tratamiento más común que se aplica a la mayor parte de los pacientes, apoyado sobre todo en paracetamol y azitromicina.
El hombre, originario de Ucayali y perteneciente al pueblo shipibo como el resto de la comunidad, ha fallecido durante la madrugada sin haber podido ser trasladado a ningún centro médico. “Estaba solo en la casa, su familia se encuentra en Pucallpa”, explican los representantes de Cantagallo. Luego de que el sábado 2 de mayo el MINSA aplicara de nuevo 120 pruebas rápidas en Cantagallo y casi la mitad resultaran casos positivos, se confirmó lo que los vecinos estaban sospechando con claridad: el índice de contagio en Cantagallo es muy alto.
Los dirigentes, confiesan, intentan monitorear la situación de las personas enfermas pero en el caso de esta presunta primera víctima no lograron enterarse con tiempo suficiente para asistirle de algún modo y llamar a los servicios médicos. Ayer se le había visto en la calle, así que nadie sospechó de la gravedad de su estado.
Esta comunidad cuenta con 238 familias pero, además, en las últimas semanas se ha recibido a unos 300 a 400 hermanos shipibos más que han pedido apoyo en Cantagallo cuando se han quedado sin posibilidad de pagar sus habitaciones en otros distritos limeños o cuando se han quedado sin trabajo en varios puntos de la costa del país, como Ica o Mala. Son varias decenas de familias que se han trasladado a pie desde allí y han sido recibidos por familiares de Cantagallo.
A pesar del apoyo del MINSA que ha realizado ya, hasta en dos ocasiones, pruebas de COVID-19 a la comunidad, así como el acompañamiento de instituciones públicas y privadas, factores como el uso de baños públicos o la falta de agua potable, insumo que reciben a través de camiones cisterna, habrían llevado a una situación de alerta máxima a la comunidad.