Liderará hasta 2022, cuando culmine el actual periodo, la Federación de Comunidades Nativas de Ucayali. Ella es Dámarez Ramírez y ostentaba, hasta ahora, la vicepresidencia. La elección de Miguel Guimaraes como directivo de AIDESEP la convierte a ella en presidenta de FECONAU. Asume este nuevo reto sin temor y con el objetivo trazado desde niña: “Quiero ver el desarrollo y sacar adelante a mi pueblo”.
Foto: Facebook
13:30 | 06 de septiembre de 2021.- Involucrarse. Apoyar. Estar siempre disponible para defender lo que considera justo. Estas son las herramientas con las que Dámarez Ramírez se inició en el liderazgo indígena. “A mí me gustaba estudiar. Siempre sacaba diploma en matemática. Pero luego no pude, no había recurso económico”, cuenta, “eso pasa a menudo en las comunidades, por eso a las jóvenes que realmente quieren estudiar les digo que se esfuercen y busquen apoyo, que luchen para lograr lo que quieren porque nosotras, las mujeres, también podemos triunfar”.
Habla desde la experiencia y desde el nuevo cargo que, desde el último jueves, asume en la Federación de Comundiades Nativas de Ucayali (FECONAU). Tras haber sido vocal y, en 2018, asumir la vicepresidencia, ahora la elección del presidente Miguel Guimaraes para integrar la directiva de la Asociación Interétnica para el Desarrollo de la Selva Peruana (AIDESEP) la pone al frente de esta organización. Opina que, si hoy está ahí, es gracias a que años atrás mostró disposición plena para liderar a su comunidad, Nuevo Egipto. “Hay muchas mujeres capaces de liderar a sus comunidades, pero ocurre que al momento de las asambleas apenas participan porque muchas veces no se nos da el espacio”, reflexiona, “es desde la jefatura de la comunidad que se entra a participar en la organización regional”.
Que la mayor parte de las comunidades indígenas son lideradas por varones es evidente. Se perciben cambios, pero aún falta mucho por hacer. Por eso una de sus prioridades, sí o sí, será seguir trabajando por la formación y el empoderamiento de la mujer: “Seguiremos, con los aliados, buscando talleres de formación para que sepan los derechos que tenemos y, así, puedan defender el territorio y los intereses de la comunidad. Hay que seguir trabajando por la igualdad”. Para ello sensibilizar a los hombres también es importante porque, aunque existen jóvenes con entusiasmo y ganas de liderar, muchas de ellas frenan esas buenas intenciones por la oposición de sus parejas. “Como casi todos son hombres las parejas reclaman: ¿qué haces? ¿por qué estás rodeada de tanto hombre”, comenta.
Foto: Facebook
Cambiar mentalidades, desde el interior de los hogares, debe estar también en el germen de este proceso de cambio. Son las propias familias, todavía, quienes a menudo no apoyan a sus hijas para que continúen estudiando. Lamentablemente, a la hora de priorizar, el varón todavía pesa más. “Desde la misma familia se discrimina a las hijas”, reconoce. Pero ante la adversidad lanza un mensaje de esperanza indicando que son la clave del éxito está en el interior: “Como mujeres tenemos que tener voluntad y no desmayar”.
Defensa del territorio y vigilancia ante megaproyectos
Aunque la agenda sobre mujer tendrá para Dámarez un espacio importante, no será ni mucho menos el único asunto a priorizar. En la línea con las principales preocupaciones de las organizaciones indígenas ucayalinas, la defensa del territorio de aquellas comunidades que enfrentan serias amenazas medioambientales y sociales (incluso amenazas de muerte) seguirá muy presente. “Casos como el de Santa Clara de Uchunya y Flor de Ucayali nos preocupan mucho, hay que seguir presionando y haciendo incidencia”, afirma la nueva presidenta de FECONAU. También se continuará con actitud vigilante para que los megaproyectos impulsados desde el Gobierno, como la Hidrovía Amazónica y la explotación del Lote 200, cumplan con los estándares y la legislación internacional en lo relativo al cuidado medioambiental y al respeto de los derechos de los pueblos indígenas.
