La maestra artesana Olinda Silvano nos cuenta sobre el arte amazónico junto a la ribera del río Rímac.
Por Victoria Meneses
Junto a la ribera del río Rímac está ubicada, desde hace 16 años, la comunidad shipiba de Cantagallo, un espacio donde las costumbres amazónicas perviven a través del idioma y el arte. Un pedazo de selva pintada en casas prefabricadas que albergan a 200 familias, cuyo más grande sostén económico es el trabajo que realizan las mujeres artesanas, la mayoría proveniente del Bajo Ucayali.
ARTE ÚNICO
El arte shipibo es el producto de la interacción entre hombre y naturaleza, debido a que los insumos utilizados provienen de la esencia de los árboles y frutos, que ellos mismos se encargan de obtener, a través de procesos tradicionales.
Cada diseño es único y diferente, a diferencia de las nuevas industrias, que tratan de copiar el diseño shipibo y reproducen cientos de ellas.
Según Olinda Silvano, una de las principales maestras artesanas, lo que se plasma en los tejidos suelen ser visiones. “Nosotros como shipibos no repetimos figuras, cada una tiene un significado ecológico u onírico. No es como la máquina, que todo lo saca igual. Todas provienen del corazón y de la mente”, expresa Silvano a Perú21.
A través de la técnica kené, representan animales, ríos, plantas y parte de la geografía amazónica. Una verdadera obra de arte que les toma realizar, aproximadamente, tres semanas y que, lamentablemente, a veces es un trabajo que pasa desapercibido en la urbe donde ahora viven, en la selva de cemento.
Cantagallo subsiste a través del arte, pero resiste por los sueños de sus habitantes.
DATO
- La Feria Cantagallo San Juan los invita a participar en los talleres de artesanía este 25 de junio, desde las 11 a.m. (Av. Evitamiento km 6.5, Rímac).
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Fuente: Perú21