Los descendientes de los temidos guerreros Harakbut que habitan las selvas de Madre de Dios, develaron la existencia de esta antiquísima deidad como símbolo contra el avance de las carreteras y de la minería extractiva en la región.
– Redacción LR
16:53|10 de julio de 2017.- El Rostro del Hombre era el secreto mejor guardado por los Harakbut, una etnia que habita las selvas de la Reserva Comunal Amarankaeri (RCA), en Madre de Dios. Pero en el 2013 decidieron exponerlo como un símbolo de las luchas sostenidas desde los año 80 del siglo XX para constituir el área natural protegida, luego para enfrentar la construcción de carreteras y así detener el avance de colonos dedicados a las nocivas actividades extractivas.
PERÚ SORPRENDENTE participó en la expedición para llegar al Rostro Harakbut por especial invitación de los dirigentes nativos de Madre de Dios, quienes guiaron el duro trayecto de cuatro días por río, carreteras y abriendo trochas desde Puerto Maldonado hasta la inhóspita quebrada donde se ubica el Rostro.
Fue así como se comprobó que el territorio Harakbut abarca desde las sabanas amazónicas de la Selva Baja hasta los contrafuertes andinos cubiertos de densa vegetación colindantes con la provincia cusqueña de Paucartambo.
Existen testimonios que revelan que estos territorios fueron trajinados desde los tiempos del Inca Túpac Yupanqui. Según el cronista Inca Garcilaso de la Vega, los cusqueños incursionaron en el Antisuyo hasta la zona de la RCA pero no lograron avanzar ante la dura resistencia de los nativos. ¿Fue el Rostro un santuario de frontera que dejaron los incas para marcar su dominio? Para los Harakbut, esta formación pétrea fue adorada durante siglos por los sabios de la comunidad, pero afirman que existen “otros dos rostros más”. Los guías también demostraron la existencia de un lugar conocido como la “casa del Inka”, conde se pueden ver construcciones de piedra tallada.
Si bien el Rostro podría tratarse de una forma natural, llama la atención la pequeña cascada y la laguna semicircular que complemente el monumento, donde sí se nota manufactura humana.
En todo caso, los dirigentes harakbut insisten en que el Rostro se alza como un símbolo cultural para detener el avance depredador de la minería ilegal y la construcción de carreteras. Es por eso que han propuesto elevar el Rostro de Harakbut a la categoría de Patrimonio Cultural de la Humanidad. El Ministerio de Cultura tiene la palabra.
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Fuente: La República