Perú fue el primer país invitado al “Ciclo de diálogos y reflexiones en torno al saber/hacer textil” que organizó el colectivo cultural “Tercera Piel” y que tuvo lugar en la Ciudad de México del 12 de julio al 6 de agosto de 2017. A esta cita fueron cuatro mujeres peruanas: las diseñadoras Anabel De La Cruz y Fátima Quispe, y las artesanas Olinda Silvano y Laura Sánchez. Entérate en este post qué hicieron en México y por qué esta propuesta es única, necesaria y urgente en nuestro país.
Por Andrea Cabel
El contexto: Ciudad de México del 12 de julio al 6 de agosto de 2017
10:32|14 de agosto de 2017.- Perú fue el primer país invitado a «Tercera Piel», un espacio de encuentro con artesanos y creadores de México y el mundo que busca fomentar el diálogo y la reflexión sobre los distintos procesos de transmisión de saberes comunitarios y creativos. «Tercera piel» es un proyecto autogestionado en el que se concibe el proceso textil como una alternativa sustentable para las comunidades que la practican. Así, tiene como objetivo primordial propiciar espacios de reflexión en torno al saber/hacer textil, que se entiende como la posibilidad de conocer, en teoría y práctica, el contexto sobre el cual se logra cada pieza, apreciando su dimensión estética comprendiendo sobre todo su valor simbólico y de función social.
En el marco de «Tercera piel» nace el proyecto de «Ciclo de diálogos y reflexiones en torno al saber/hacer textil», un proyecto que busca abrir espacios y dar voz a las comunidades y artesanos invitados, para que ellas y ellos mismos nos compartan sobre su cotidianidad a través de la textilería.
En la nota de prensa de «Tercera piel» señalan lo siguiente: «Con una visión de tejer redes entre las comunidades de México y el mundo, se elige a Perú como el primer país invitado, por tratarse de una nación pluricultural con amplio y milenario legado textil». Este fue un encuentro entre los artesanos, diseñadores, investigadores y las mismas comunidades que se hicieron presente para compartir e intercambiar saberes.
En la inauguración de la muestra estuvieron presentes (de izquierda a derecha), Rodolfo Rodríguez, director del Museo Nacional de Culturas Populares; Gloria Olivares, cónsul general del Perú en México, Laura Sánchez, artesana; Daniel Quiróz, coordinador de Tercera Piel; Olinda Silvano, artesana; Elizabeth González, ministra de la Embajada de Perú; Fátima Quispe, diseñadora invitada; Ketty Rojas, coordinadora de Tercera Piel; Anabel de la Cruz, diseñadora de indumentaria.
Dada la importancia internacional de este evento, entrevistamos a dos de sus participantes: Anabel De La Cruz, diseñadora de modas, y Olinda Silvano, maestra artesana shipibo-konibo, para que nos cuenten su experiencia en este evento, su aprendizaje y lo que trajeron de allá.
Conoce a nuestras entrevistadas
Anabel, a quien hemos entrevistado para esta nota, es diseñadora de moda con experiencia de trabajo en comunidades nativas de pueblos indígenas u originarios del Perú, entre ellos Asháninka, Yanesha, Yine, Nomatsigenka y Shipibo-konibo. También es asesora de organizaciones y asociaciones indígenas en temas de artesanía y manejo de recursos forestales y conocimientos tradicionales aplicados a la artesanía con responsabilidad social y cultural. Anabel es investigadora de técnicas tradicionales de los pueblos indígenas respecto al tratamiento de tintes naturales, tratamiento de telas, teñidos y fijados naturales, así como de las iconografías tradicionales y modernas.
Su experiencia trabajando con las mujeres artesanas le ha permitido lograr un diálogo responsable, con respeto y responsabilidad social sobre las técnicas tradicionales de los pueblos indígenas con las exigencias del mercado actual generando con ello una moda inclusiva que busca fortalecer y promover la identidad cultural de los pueblos indígenas u originarios. Actualmente es directora del proyecto “Con Los Pies En La tierra”, cuyo objetivo principal es promover y fortalecer procesos de recuperación de técnicas tradicionales de los textiles de los diferentes pueblos indígenas u originarios de nuestro país. Es diseñadora de Euritmia, marca de moda con identidad.
Olinda Silvano es maestra artesana. Su nombre en shipibo es Reshinjabe, «sí, ese es mi nombre en shipibo. Me lo puso mi abuela y significa la primera hija, el primer respiro», nació en la comunidad shipiba Paoyhan, en el Bajo Ucayali. Su tatarabuelo, Miguel Ramírez, que era chamán, le colocó la corona del conocimiento cuando apenas había nacido. De modo simbólico, mediante este gesto, ella heredó todo el saber de su abuelo. Olinda es una de las maestras artesanas más reconocidas de nuestro país. Actualmente vive en Cantagallo y dicta talleres de kené en diversas instituciones y pinta hermosos murales en nuestra ciudad.
- ¿CÓMO LLEGÓ LA INVITACIÓN?
- Anabel: La invitación a México fue porque los organizadores (Ketty Rojas y Yautic Quiroz, coordinadores de «Tercera Piel») vieron mi trabajo a través de las redes sociales y me contactaron por esa vía. En ese sentido, debo decir que las redes sociales son fundamentales para mi trabajo. Lo primero que hicimos allá fue un conversatorio en el Museo de Antropología. Luego, nuestros trabajos se expusieron en el Museo de Culturas Populares. De otro lado, tuvimos varias actividades ya que además de esto, a la vez se organizaban talleres vivenciales, y varios eventos más. Los organizadores se movieron mucho. Olinda tuvo talleres de kené, la maestra Laura Sánchez que es maestra de telar, también tuvo sus talleres. Olinda y Laura pudieron compartir sus saberes e intercambiar conocimientos con las otras maestras que conocieron en México.
- ¿CUÁL ES TU PROPUESTA?
- Estamos trabajando un diseño de igual a igual con los artesanos. Nuestra forma de trabajo es intercultural y nuestro trabajo demuestra quienes somos y cuenta lo que somos, y por supuesto también demuestra con qué nos identificamos. Nuestro trabajo es único porque dice de dónde somos, y con ello dice algo particular de nosotros. Esa es nuestra propuesta.
- CÓMO LLEGAR A MÉXICO
- Nosotras hemos llegado con nuestros propios medios porque creíamos que era importante compartir y difundir el arte amazónico. En ese sentido, nosotras hemos sido una suerte de embajadoras de la selva peruana. Estamos muy agradecidas también de los organizadores ya que nos consiguieron el hospedaje, la alimentación, los talleres, los conversatorios, la exposición y su apoyo ha sido muy valioso. Sin ellos no hubiéramos podido tener un espacio para mostrar nuestro trabajo.
- LA SELVA INVISIBLE
- Una anécdota que pasamos fue que nosotras fuimos a mostrar el arte amazónico, y la gente nos preguntaba de dónde éramos porque les sorprendía conocer lo amazónico como parte de lo peruano, no conocían la selva, es decir, relacionaban al Perú con los andes, y no sabían que existía ni la selva ni Ucayali. Luego de conocer nuestro trabajo se quedaron prendados y con ganas de conocer nuestra Amazonía.
De otro lado, este encuentro también fue relevante porque se pudieron hacer buenos contactos con los museos, se vendieron algunas piezas, y se aprendió mucho en los talleres también. Fue buena esta experiencia porque nos dimos cuenta cómo en México valoraban el valor de los artesanos, y vimos la diferencia con el valor que se les da.
- OLINDA: «SOY UNA MUJER QUE CAMINO»
- En México la pasé muy bien porque aprendí mucho de otras personas, uno lleva y también trae cuando viaja. Lo que más me ha gustado es aprender cómo las mujeres que llegaron de Chiapas y de Veracruz tejían y bordaban y cómo los mexicanos valoran mucho a los artesanos y cómo los protegen. Muy diferente de cómo tratan aquí a los artesanos. Eso es lo que más me ha gustado, el respeto que les tienen a los artesanos allá. Allá por ejemplo los sábados y domingos abren el Museo de Arte popular para que los artesanos vendan y den talleres, eso me parece increíble, me he quedado muy sorprendida.
De otro lado, me siento muy feliz con lo que estoy haciendo porque yo he nacido para hacer arte. Yo fui sabiendo muy bien lo que iba a hacer y recomiendo que los artesanos que tengan la oportunidad puedan viajar como yo, y puedan hacer las cosas que yo también he hecho.
Esta ha sido una oportunidad de que las personas escucharan cómo es mi lengua el shipibo-konibo, porque así hablé en mis talleres vivenciales. Muchas personas que no sabían de dónde era, se sorprendieron de que exista todavía esta y otras lenguas más en el Perú. Ahora saben sobre la selva peruana y sobre mi cultura. Hablar en mis talleres en mi lengua ha sido importante para mí porque mi lengua es la base principal de mi cultura.
Eara raroy Ainbo shipiba conibo ikash non tekan kene y kewe jaskaxon noa valorankati kopi. Me siento muy feliz como mujer shipiba conibo con nuestro trabajo kené y kewe para nos valoren