Coalición internacional está formada por comunidades locales de Perú, México, Honduras, Colombia, Venezuela, Brasil, Congo, Indonesia, además de otros países
Así lo transmitieron en un acto celebrado en la sede de la Royal Society, en el marco de una ruta por Europa para denunciar su situación, junto a varios investigadores de organizaciones climáticas.
La coalición internacional de indígenas está formada por comunidades locales de México, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Costa Rica, Panamá, Colombia, Perú, Ecuador, Bolivia, Venezuela, Brasil, Congo e Indonesia.
En concreto, los expertos dieron a conocer un estudio sobre las inversiones contra el cambio climático y los nuevos riesgos para los bosques, el cual pone de manifiesto la escasa inversión destinada a luchar contra la deforestación y su «devastador efecto» para las comunidades indígenas.
El informe detalla que desde 2010 las inversiones que derivan en la destrucción a gran escala de los bosques y en emisiones masivas de carbono son 39 veces más grandes que el dinero canalizado para la protección forestal.
De hecho, la consultora de la empresa asesora centrada en el cambio climático Climate Focus, Franziska Haupt, denunció que el dinero invertido en reducir la deforestación representa sólo un 2% de los 167.000 millones de dólares (141.900 millones de euros) destinados a disminuir las emisiones de carbono.
«El sector privado y los gobiernos invierten mucho más en agricultura, uno de los principales causantes de la deforestación. Necesitamos más dinero para salvar los bosques», añadió.
Los líderes indígenas también criticaron la «poca financiación» que reciben en este ámbito porque, aseguran, son «la mejor garantía para la estabilidad climática», ya que «donde los derechos de los indígenas están a salvo, los bosques están bien protegidos».
La coordinadora ejecutiva de la Articulación Nacional de la Población Indígena de Brasil (APIB, en inglés), Sonia Guajajara, remarcó que «si no hay bosques, no habrá economía que sobreviva», además de recordar que una parte de los productos que se consumen en occidente vienen de los conflictos que, matizó, «matan a mi gente».
«Los pueblos indígenas vemos con mucha tristeza que se inviertan grandes cantidades de dinero en los gobiernos y las corporaciones globales» que, sin embargo, «dan la espalda a la deforestación», denunció el representante indígena de la Alianza Mesoamericana de Personas y Bosques, Cándido Mezua.
Además, hicieron un llamamiento a reconocer sus derechos como habitantes de estos bosques e instaron a entablar un «diálogo directo» con los representantes políticos para llegar a acuerdos que permitan asegurar la vida y la sostenibilidad de la «madre tierra».
De hecho, solo 21 de los cerca de 188 países firmantes del Acuerdo de París incluyeron a la población indígena y a las comunidades locales en sus planes nacionales para reducir las emisiones de dióxido de carbono.
Según reclamaron estos grupos en un comunicado conjunto, el conocimiento tradicional de la población indígena y sus tecnologías «deben ser reconocidas, incluyendo la protección de herencia y los derechos de propiedad intelectual».
Durante el acto también denunciaron la muerte de 200 activistas que defendían los bosques en 2016, una cifra que «va en aumento» según reveló la ONG londinense «Global Witness».
Para combatir esta situación, exigen a los estados que adopten todas las medidas necesarias para parar la criminalización, la violencia y los asesinatos de los líderes indígenas.
Todas estas reclamaciones se han presentado dos semanas antes de la Conferencia sobre el Cambio Climático de las Naciones Unidas, que tendrá lugar en noviembre en la ciudad alemana de Bonn.
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Fuente: El Comercio/EFE