19:00|20 de diciembre de 2017.- La aplicación de la Ley de Consulta Previa en el Perú tiene como uno de sus principales retos lograr sumar a los procesos de diálogo a más mujeres representantes de organizaciones indígenas. Aunque el enunciado dé a entender que esta participación se ha dado en alguna medida, lo cierto es que en aquellas consultas realizadas en comunidades, sean campesinas o nativas, su presencia ha sido prácticamente nula.
Hacen la diferencia las consultas de medidas de alcance nacional, y algunas de carácter regional, que sumadas no representan ni la quinta parte de los 42 procesos iniciados en los siete años que tiene la ley de vigencia.
Hasta el momento, la ausencia de mujeres se ha dado principalmente en los procesos locales, enfatiza Melania Canales, vicepresidenta de la organización nacional de mujeres indígenas ONAMIAP, en la presentación del informe ¿Cómo va la Consulta Previa en el Perú?: Avances y retos, elaborado por el CAAAP y presentado este martes en Lima.
Al respecto, la publicación, que se alimenta de fuentes oficiales, principalmente del Ministerio de Cultura, da cuenta de la casi inexistente participación de mujeres indígenas en los procesos de consulta para lotes petroleros y proyectos mineros, que sumados hacen 25 procesos, dos de ellos aún sin culminar.
Dicha ausencia tendría su origen en varios factores. Según Nelly Aedo, jefa del Programa de Pueblos Indígenas de la Defensoría del Pueblo, la participación de las mujeres se da cuando son ellas mismas las que explican cómo una medida a consultar puede afectar sus derechos; sin embargo, alerta, esto es algo que aún no se ve.
Lo que se tiene es «una reunión sumaria con lenguaje técnico en donde en una sola jornada se quiere agotar lo que a nosotros como profesionales nos puede costar entender en varias jornadas», agrega.
En ese sentido, la abogada afirma que es importante que antes de que se realice la consulta, los propios organismos del Estado, como el Viceministerio de Interculturalidad, se anticipen y fortalezcan las capacidades de la población explicando el significado y los alcances de la consulta previa.
Raquel Reynoso, representante de la Plataforma para la Gobernanza Responsable de la Tierra, asegura que hay un trabajo pendiente que es saber «cómo es la calidad de la participación de las mujeres en estos procesos de consulta, porque una cosa es que vayan como invitado de piedra y otra cosa es que tengan voz y voto en estos procesos».
Es importante que tengan el espacio para que expliquen su cosmovisión y lo importante que es para ellas revalorar sus tierras y sus territorios, agrega. Citando datos del informe, criticó que en solo 13 procesos se haya visto participación de mujeres.
Sin embargo, su ausencia también se explica en las propias comunidades, que son las que designan a sus organizaciones representativas para ser parte de la consulta. «Son los propios pueblos indígenas, ellos son los que tienen que decir si participa tal o cual persona, por eso la valía y la importancia de tener organizaciones de mujeres a nivel nacional», sostiene Aedo, de la Defensoría.
Sobre este punto, la ONAMIAP se ha embarcado en la tarea de hacer que las mujeres indígenas ganen espacio político dentro de su comunidad, a través, en principio, de la modificación de los estatutos comunales.
De acuerdo a Canales, su vicepresidenta, en aquellas consultas donde se ha buscado la participación equitativa de las mujeres, se ha visto que esta llega a ser «decorativa», y se pregunta: «¿cuántas de esas mujeres pueden hablar, decir lo que sienten, lo que piensan?»
«Siempre he dicho que el día que la mujeres indígenas estén empoderadas, podrán decir: ‘hermano, te equivocaste; hermano, no es así como piensas… yo pienso de esta manera’. Ese día podré decir que la mujer está empoderada», enfatiza la dirigente quechua.
Así el panorama, las mujeres no solo se enfrentan a la ausencia de un enfoque intercultural en los funcionarios del Estado, algo constantemente denunciado por los propios pueblos indígenas, sino que también deben luchar contra la resistencia que presentan sus propios hermanos indígenas varones, según se colige de lo dicho por Canales.
Se suma también, que el Estado tampoco ha mostrado capacidad para fomentar la participación de organizaciones indígenas en los procesos de consulta. Su participación, como se ha dicho, se ha visto principalmente en procesos de alcance nacional, como la Consulta de la Política Sectorial de Salud Intercultural, o la consulta del Plan Nacional de Educación Intercultural Bilingüe.
Esta poca capacidad fue reconocida por el propio director de la Dirección de Consulta Previa del Ministerio de Cultura, Álvaro Orozco, quien estuvo en la presentación del informe sobre Consulta Previa.
«Las luchas tienen que ser desde adentro y también desde el Estado y las instituciones que trabajamos estos temas», dice Aedo. Por su parte, Canales reconoce que se trata de un trabajo arduo, de lograr que las mujeres tengan su lugar, como ya lo están logrando algunas, dentro de las dirigencias comunales y de las organizaciones para que puedan tener más posibilidades de ser parte de los procesos de consulta.
Cabe destacar que el informe ¿Cómo va la Consulta Previa en el Perú?: Avances y retos, presentado este martes, tiene como autores a Ismael Vega, director del CAAAP, y a los abogados Héctor Rodríguez y Richard ODiana. Su publicación fue posible con el apoyo de la Plataforma para la Gobernanza Responsable de la Tierra.
Puede acceder al informe, de 106 páginas, haciendo clic aquí.