Amazonas: La difícil tarea del Estado para llegar a donde nunca llegó

Desde la zona se señala que la atención no contó con un intérprete awajún, la información no fue clara, las brigadas no verificaron si la información fue comprensible para los comuneros y comuneras. En la mayoría de comunidades se ingresó con un número muy reducido e insuficiente de pruebas rápidas y medicinas. 

Jornada de atención médica con infectados de Covid. Foto: Cedida

Jornada de atención médica con infectados de Covid. Foto: Orpian-P

Por: Segundo Herrera – Abogado del CAAAP Amazonas

15:00|15 de julio de 2020.- La propagación y efectos de la pandemia del COVID-19 en la Amazonía viene mostrando la incapacidad del Estado para atender a los pueblos indígenas, históricamente excluidos, abandonados, discriminados. Los peruanos y peruanas de las comunidades nativas vienen sufriendo con mayor gravedad las consecuencias de la propagación de una enfermedad invisible al interior de sus territorios, exigiendo que los servicios de atención en salud lleguen con personal, medicinas y equipos para atender las enfermedades prevalentes, como es el COVID-19. La aparición de los primeros casos graves y la escasa respuesta del Estado, les ha hecho levantar su voz de protesta para reclamar sean atendidos.

El Estado, a través de sus diferentes organismos descentralizados, siempre tuvo dificultad para atender las necesidades de salud y educación de las cinco cuencas que conforman el territorio Awajún en la región Amazonas. Si antes, el Estado fue incapaz de garantizar el derecho a la salud de la población, en tiempos de pandemia, el Estado muestra con mayor claridad su falta de eficacia y estrategias interculturales para responder y llegar a cada comunidad, a cada centro poblado.

Ante esta incapacidad, los pueblos indígenas vienen poniendo en marcha diversas respuestas para enfrentar la enfermedad del COVID-19, con el trabajo de los promotores de salud y agentes comunitarios de salud, el uso de sus plantas medicinales, la compra de medicamentos con precios elevadísimos y acudiendo a sus chacras para su alimentación. Sin embargo, estos esfuerzos no son suficientes y es urgente que el estado implemente medidas concretas para evitar que la población siga contagiándose y muriendo. 

Momento de entrega de Ivermectina donada por el CAAAP y Orpian-P. Foto: CAAAP

Momento de entrega de Ivermectina. Foto: Orpian-P

Recordemos el papel del Estado para atender la salud de las comunidades nativas afectadas por el derrame de petróleo,en enero de 2016, producto de una fisura en el oleoducto norperuano administrado por PetroPerú. La actuación del Estado en “tiempos normales” fue realmente precaria, mezquina y totalmente tardía, dejando a la población prácticamente abandonada. Las comunidades tuvieron que emprender un proceso judicial para exigirle al Estado atención para su salud, y aún con una resolución judicial que obliga al MINSA a atenderlas, esto aún no termina de concretarse.

En la actualidad los dirigentes de las comunidades afectadas por el derrame señalan que casi el 90% de la población sufren síntomas de COVID-19. Si bien ORPIAN-P coordinó el ingreso de una brigada de la Red de Salud de Bagua, aportando 65 frascos de Ivermectina humana donada por AIDESEP y el CAAAP, se ha mostrado nuevamente la falta de aplicación de un enfoque intercultural que es imprescindible aún más en épocas de crisis. Por ejemplo, señalan que la atención no contó con un intérprete awajún, la información no fue clara, las brigadas no verificaron si la información fue comprensible para los comuneros y comuneras. En la mayoría de comunidades se ingresó con un número muy reducido e insuficiente de pruebas rápidas y medicinas. Lo que más llama la atención es que, a pesar de que el personal de salud sabe que las pruebas rápidas pueden dar falsos negativos, no entregaron tratamiento a aquellas personas que tiene síntomas evidentes, ni a los familiares de aquellos que dieron positivo. Otro aspecto a destacar es que las brigadas se dedican a dar atención, pero no priorizan las actividades preventivas, como dar materiales con pertinencia cultural con información sobre las conductas de prevención.

A la fecha, las comunidades siguen esperando que las brigadas ingresen para hacer seguimiento a las personas atendidas y aplicar las pruebas rápidas a aquellos que no atendieron pero que presentan síntomas. Mientras tanto, los especialistas indígenas vienen desarrollando un conocimiento de cómo se desarrolla la enfermedad COVID-19 en sus comunidades y cómo prevenirlo. Por ejemplo, señalan que el tratamiento debe ir acompañado con ciertos cuidados, similares a lo que se usan tradicionalmente para curar otras enfermedades. Asimismo, señalan que usarán el manguaré y el altoparlante para la difusión de información que sirva para la prevención de nuevos contagios.

Con un Estado incapaz de controlar la propagación de la pandemia en las comunidades, lejos de garantizar la salud de cada persona indígena con participación de las organizaciones sociales, se ha anunciado la consulta previa virtual en territorios indígenas para reactivar la economía nacional respecto de la actividad extractiva, este anuncio ha sido calificado por las organizaciones indígenas como ilegal y una nueva amenaza contra su derecho a la consulta y el territorio, pues lo que se busca es reactivar la economía de grandes empresas y nola economía  de los pueblos indígenas que tienen derecho a una vida digna y plena mejor, más equitativa, más justa y sobre todo más humana. Las comunidades afectadas por el derrame se preguntan por qué el Estado no ha pensado usar la misma estrategia virtual –cuando empezó la pandemia- para brindar consultas médicas para atenderlas, más aún cuando una buena parte del personal de salud de le región está en aislamiento por haberse contagiado de COVID-19.

Las bases que conforman la Organización Regional de Pueblos Indígenas de la Región Norte del Perú (ORPIAN-P) pertecientes a las cuentas del Marañón, Chiriaco, Nieva, El Cenepa y El Santiago, en una de las últimas reuniones con el Colectivo Amazonas, que agrupa a organizaciones no gubernamentales, mostraron su profunda preocupación puesto que los esfuerzos del Estado, a pesar de haberse aprobado un Plan de Intervención del MINSA para atender a las comunidades nativas frente a la pandemia, no sería suficiente para garantizar la atención y el restablecimiento de la salud de los pueblos indígenas. además, recomiendan reconocer sus saberes ancestrales en medicina para frenar los síntomas de la enfermedad. señalan que la epidemia se ha extendido por sus territorios debido a las pésimas condiciones del sistema de salud, a la escasa información y desconocimiento de protocolos de bioseguridad para evitar los contagios, y al mal manejo de la distribución de bonos que obligaba a las personas a trasladarse a las capitales de distrito para hacer efectivo el cobro.

Las bases de ORPIAN-P saludan la conformación del Comando de Operaciones COVID-19 Indígena, de la Región Amazonas y su reconocimiento por parte del Gobierno Regional de Amazonas vía acto resolutivo, presidido por el dirigente Bernabé Impi Ismiño. Sin embargo, exigen que se les dote de presupuesto para que puedan realizar sus actividades de coordinación con las organizaciones indígenas y con el Estado, así como de vigilancia ciudadana de la implementación del Plan de Intervención del MINSA para atender a las comunidades nativas. Existe gran expectativa del rol que puede cumplir el Comando Indígena para que el Estado a llegue a aquellos lugares donde no está presente y donde habitan desde tiempos ancestrales, peruanos y peruanas que tienen derecho a una vida plena.

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