El Chamicuro es una de las lenguas indígenas amazónicas de Perú con mayor riesgo de desaparición por su escaso número de hablantes. Para intentar evitar que eso suceda, monseñor Jesús María Aristín, obispo del Vicariato de Yurimaguas, ha firmado un convenio con la población del pueblo indígena Chamicuro para acompañarles en la creación de un diccionario de vocabulario sobre su lengua: “Es tiempo de hacer un trabajo intensivo para evitar que se pierda este valor cultural incalculable”.
Por: B. García (CAAAP) – Radio Oriente (Yurimaguas)
16:15 | 22 de septiembre de 2020.- Apenas cuatro a cinco personas hablan, a la fecha, la lengua Chamicuro con dominio pleno y gran fluidez. Esto convierte a este idioma amazónico en uno de los que más grave riesgo tiene de desaparición. Oficialmente, la Base de Datos de Pueblos Indígenas del Ministerio de Cultura (MINCUL) indica que, según el censo de 2017, solo 26 personas “se han autoidentificado como parte del pueblo Chamicuro a nivel nacional”. El dato se incrementa levemente, hasta 75, en base al trabajo de campo del MINCUL pero, de todos modos, a lo sumo habría 23 personas que conocen, en diferentes niveles, la lengua.
Datos aparte, que el Chamicuro podría quedar en pocos años en el olvido es un hecho y, para intentar que este mal pronóstico se cumpla, el Vicariato Apostólico de Yurimaguas acaba de comprometerse, mediante un convenio, a la revitalización y el rescate de la lengua. Un compromiso firme que nace desde el propio obispo, Monseñor Jesús María Aristín. “Hace unos meses estuve escribiendo la historia del Vicariato de Yurimaguas, pues estamos cumpliendo cien años, y hay un capítulo que está dedicado a las etnias del Vicariato, a los pueblos originarios que han vivido toda la vida en este territorio”, comenta el obispo, “fue entonces que me di cuenta que, de los 11 grupos étnicos que hay en el vicariato, había uno que no conocía, el Chamicuro. No conocía a nadie de ese pueblo y me preguntaba ¿dónde estarán? Fue entonces que, casualmente, gracias a uno de nuestros periodistas de Radio Oriente, me puse en contacto con el hermano Antonio Inuma del pueblo Chamicuro”. Indica monseñor, según los datos referidos por Inuma, que este pueblo se ubica principalmente en el caserío Pampa Hermosa, a orillas del Huallaga, y que cuenta con muy poca población, unos 210 pobladores y pobladoras.
Constatar el gran peligro de desaparición del pueblo Chamicuro y, en especial, la urgente necesidad de rescatar la lengua, pues “apenas hay cuatro o cinco Chamicuro-parlantes y algunos que más o menos conocen el idioma no lo practican por falta de costumbre”, tocó el corazón de Aristín. Hay que hacer algo. Ya, urgente. “Por eso nos acabamos de comprometer a elaborar un diccionario que recoja las palabras principales, al menos 500 o 1.000, o más de ser posible, para después trabajar en su gramática”, explica. Para ello ya se ha establecido un convenio con la población local. “La elaboración de una lengua necesita siglos y la participación de muchas personas, quienes desarrollan procesos de reflexión e imaginación, por eso, no hay derecho que perdamos y dejemos perder esta lengua, eso me parece un pecado mortal, es un atentado contra Dios y contra los hombres”, cree Aristín.
El tiempo apremia y, por ese motivo, se quiere hacer un trabajo eficiente para que en pocos meses se pueda tener ese diccionario base para continuar el proceso. “Sabemos que la profesora de la zona está haciendo esfuerzos por inculcar la lengua en el alumnado, pero es tiempo de hacer un trabajo intensivo para evitar que se pierda este valor cultural incalculable”, reconoce el obispo. De origen vasco, pone como ejemplo lo ocurrido en su tierra para ejemplificar que, aunque es realmente difícil, salvar una lengua no es imposible: “Lo sé por experiencia, el pueblo Vasco en la época del franquismo de la dictadura, no podía hablar vasco (euskera), pues estaba perseguido. Entonces se perdió mucho la lengua, pero en los años 70 se impulsó todo un trabajo de recuperación y se ha tardado 20 a 30 años en recuperar el vasco. En este momento cerca del 25 % de la población ya lo habla. Esto quiere decir que para salvar una lengua se requiere un proceso de décadas, si hay realmente interés político y económico porque hay que educar y sacar materiales, es un trabajo que nos queda por delante, pero el primer paso es salvar y evitar que desaparezca. ¡Salvemos la lengua Chamicuro!”.