14:40 | 28 de enero de 2022.- Un estudio publicado en la revista Ecosistemas, de la Asociación Española de Ecología Terrestre (AEET), revela el alza de la deforestación a causa de la minería de oro en el suroeste de la región amazónica de Madre de Dios, situada en la zona oriental de la Amazonía peruana, a través de técnicas de sensor remoto imágenes.
La investigación muestra cómo la actividad minera ha pasado de generar un 4 por ciento de las pérdidas de bosque a un 105 por ciento en un periodo de 19 años, desde 1999 a 2018. “Si bien es cierto que la agricultura sigue siendo la principal causa de deforestación en la región de Madre de Dios, es necesario apuntar que la extracción minera es la actividad que mayor presión ejerce sobre la zona suroeste, donde se encuentra la Reserva Nacional de Tambopata, área protegida por Ley vulnerada por minería ilegal y la débil presencia del Gobierno peruano”, subraya Gabriel Alarcón Aguirre, investigador que ha liderado este estudio.
El artículo científico reporta también cómo la actividad minera ha generado en esta zona un aumento de más del doble de las áreas de aguas residuales, pasando de los 154 kilómetros cuadrados en 2009 a los 400 en el 2018, incrementando en más de 2’7 veces el porcentaje de deforestación por aguas residuales, que aumentaron de un 45 por ciento en el periodo 2009-2014 a un 125 por ciento en 2014-2018. Áreas de agua, que según explica Gabriel Alarcón, “se quedan aisladas y contaminadas, sin capacidad para sustentar vida acuática, que no sirven ni como fuente de suministro de agua, ni medio de transporte, ni fuente de energía, y que suponen una gran pérdida de suelo”.
Esta investigación, realizada por un equipo de científicos y científicas pertenecientes a distintos departamentos de la Universidad Nacional Amazónica de Madre de Dios y también de la Facultad de Biología de la Universidad de Barcelona, se ha centrado en estudiar las causas y dimensiones de la pérdida de bosque en un área de casi 3 millones de hectáreas distribuida a ambos lados de la carretera que atraviesa la región amazónica de Madre de Dios, el Tramo III del Corredor Vial Interoceánico Sur que une el distrito de Inambari con Iñapari situado en la frontera con Brasil.
Las conclusiones generales apuntan a que, en proporción y extensión, la agricultura sigue siendo la principal causa de deforestación, alcanzado en el 2018 los 1.296.85 kilómetros cuadrados deforestados respecto a la minería de oro, que supuso 401.78 kilómetros cuadrados deforestados y se posiciona como la segunda causa.
Según los datos extraídos de este estudio, la agricultura representa más de un 46 por ciento de la pérdida de bosque frente a la minería, con un 27 por ciento para el 2018. Pero si atendemos a la tendencia al alza, la presión de agricultura sobre los bosques se ha duplicado y la minería ha aumentado casi 7 veces en 2018 respecto a 2004.
La región amazónica de Madre de Dios, ubicada al sureste de la Amazonia peruana, tiene una superficie aproximada de 8’5 millones de hectáreas, siendo Perú uno de los 5 países con mayor proporción de área amazónica respecto a su territorio (61 por ciento). Esta región, considerada capital de la biodiversidad del Perú y conocida mundialmente por su alta diversidad biológica, ha perdido en estas dos últimas décadas (1999-2018) un promedio de casi 6.000 hectáreas al año a causa de la agricultura y la minería de oro, según los cálculos realizados en este estudio, lo que equivale a 6.000 campos de fútbol.
Una explotación económica descontrolada
Los investigadores señalan que el incremento de la tasa de deforestación en la Amazonía peruana está asociada a las mismas amenazas que sufren el resto de países amazónicos. “La explotación de su inmensa riqueza, principalmente de los recursos forestales, hace frecuente la conversión del bosque en áreas de usos agrícolas – principalmente monocultivos de papaya, cacao, soja y arroz-, zonas de pastoreo, infraestructura vial, extracción de madera y minera, legales o ilegales”, indica Gabriel Alarcón Aguirre.
Según explica, “la Carretera Interoceánica, la vía de comunicación más importante del país, incrementó el valor de las tierras y favoreció la inmigración a esta región desde otras partes del país, originando la expansión de cultivos, pastos y de la explotación forestal, lo que sumado al alza del precio del oro en 2008 motivó además un aumento de las actividades mineras”. No es el primer estudio que señala que la distancia con las carreteras influye en las tasas deforestación en Madre de Dios y que muestra la relación entre la proximidad de la carretera y el valor del bosque.
Esta investigación ha recogido también la proporción de zonas vegetales que vienen recuperándose debido al abandono de la actividad minera y agrícola, una fracción que representa un 12 por ciento del área estudiada, pero que según indican en este estudio no está libre de reingresos de actividades humanas.
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Artículo publicado originalmente en la web de la Agencia Iberoamericana para la Difusión de la Ciencia y la Tecnología. Se puede leer aquí.