Pese a los trabajos de limpieza y remediación anunciados por Petroperú para aislar la zona afectada por el derrame de crudo ocurrido el 20 de enero en el Tramo 1 del Oleoducto Norperuano, la comunidad nativa Nueva Alianza alertó que, desde ayer, el agua que utilizan para sus actividades diarias llega con rastros oleosos de crudo.
Por: CAAAP
10:15 |03 de febrero de 2022.- Quince días después del derrame de petróleo ocurrido en el km 59 del Tramo 1 del Oleoducto Norperuano, pobladores de la comunidad nativa Nueva Alianza, en el distrito de Urarinas, provincia y departamento de Loreto; denunciaron que, desde ayer, el agua proveniente de la quebrada Urituyacu que utilizan para sus actividades diarias llega contaminada con rastros de crudo.
Así lo alertó Gilter Yuyarima, corresponsal y vecino de esta comunidad indígena amazónica, ubicada a 20 minutos en peque-peque del punto del derrame. «Con esta vaciante del río, el aceite y petróleo traspasan las barreras (instaladas por Petroperú), y esta pasa por el puerto de la comunidad, donde se saca el agua para tomar, para cocinar, para bañarse. En otras palabras, está completamente contaminada», relató para el CAAAP.
Agregó que en Nueva Alianza, la población compuesta por cerca de 1200 indígenas kukama no cuenta con el servicio de agua potable. Además, si bien en la comunidad existe una planta de agua que fue instalada por el municipio, desde hace tres años es un «elefante blanco» que no funciona. Es por eso que se abastecen del río y de la lluvia para sus actividades diarias. «La mitad del pueblo está en el río Marañón, y la mitad en la quebrada Urituyacu, que es su afluente. Y a 300 metros de la comunidad está estancado el petróleo», indicó Yuyarima.
Desde la comunidad y la empresa Petroperú se denunció que este derrame se produjo debido a un corte intencional en las tuberías del Tramo 1 del Oleoducto Norperuano. Sin embargo, hasta el momento no se ha logrado identificar a las personas que estarían detrás de este atentado contra el medio ambiente, las comunidades indígenas de la Amazonía peruana y la infraestructura de un activo crítico nacional.
Por otro lado, pese a que Petroperú anunció a través de un comunicado que, apenas se tomó conocimiento del suceso, se inició con el plan de contingencia de la empresa para detener la fuga, aislar la zona, y contener el petróleo para evitar una mayor afectación; la turbidez del agua que llega hasta la comunidad Nueva Alianza demostraría que el daño sí se logró expandir.
Hasta el cierre de esta nota, Gilter Yuyarima reportó que desde el derrame, ningún organismo estatal se ha acercado hasta la comunidad para hacer algún tipo de diligencia. «No hay ninguna autoridad del Estado, ni regional, ni locales… no vienen a visitar (…) Esto se trata de un atentado. Quisiera pedir a las autoridades que hagan una investigación más a fondo. Con el apoyo de los comuneros, tal vez se puede encontrar al culpable para que pague por todos sus delitos», mencionó.
En lo que va del año se han reportado tres derrames de crudo en la Amazonía peruana. Todos ocurrieron en la región Loreto. El primero se registró el 7 de enero en el Lote 8, afectando al centro poblado de Pavayacu. El crudo se extendió hasta el río Huanganayacu. El último derrame corresponde a la comunidad José Olaya, en la cuenca del río Corrientes. La fuga vino de la Base de Huayurí del Lote 192, situado en la provincia de Datem del Marañón.