Con una agenda construida desde los territorios, el CAAAP y la REPAM Perú llevaron las demandas amazónicas a la COP30 y, sobre todo, a los espacios paralelos, donde la participación indígena tuvo su expresión más sólida y articulada.

Delegación CAAAP y REPAM Perú en la inauguración de la Cumbre de los Pueblos.
En la COP30, el Centro Amazónico de Antropología y Aplicación Práctica (CAAAP) y la Red Eclesial Panamazónica del Perú (REPAM Perú) impulsaron una agenda centrada en los territorios para que las voces de los pueblos indígenas sean realmente escuchadas y sus derechos, junto a los de la Amazonía, sean situados en primer lugar. Esa fue la línea que guió su participación tanto en la Zona Azul de Naciones Unidas como en espacios paralelos como la Cumbre de los Pueblos (Cúpula do Povos).
La COP30, trigésima Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, se realiza del 10 al 21 de noviembre de 2025 en Belém do Pará, Brasil. Es el espacio global más importante para negociar acciones frente a la crisis climática, reuniendo a gobiernos, organismos internacionales, sociedad civil y, por primera vez de manera histórica, a una participación indígena sin precedentes.
La delegación estuvo conformada por Manuel Cornejo, director del CAAAP y secretario ejecutivo de la REPAM Perú; Janet Cairuna Picota, lideresa shipiba de Madre de Dios; Richard O’Diana, coordinador de la Oficina de Derechos Humanos y Asesoría Legal del CAAAP; la hermana Ana María Palomino, integrante de la Oficina de Articulación Vicarial del CAAAP y de la REPAM Perú; y el ingeniero Paulo Díaz, co-coordinador de la Vicaría del Agua del Vicariato Apostólico de Iquitos.
Entre los espacios en los que se participó estuvieron reuniones oficiales con la delegación peruana y actores del Estado, así como diversos side events y charlas en el pabellón oficial de la COP30 y en el Tapirí ecuménico e interreligioso. También se participó en plenarias temáticas y actividades vinculadas a la Cumbre de los Pueblos, donde el CAAAP presentó una investigación. Asimismo, la delegación tuvo presencia en reuniones clave de redes nacionales, como la Ruta de los Pueblos y el FOSPA, e internacionales, como CAN-LA o DCJ, además de la realización de la conferencia de prensa sobre la Ruta de los Pueblos.
Voces unidas por justicia climática desde la COP30
Para el CAAAP, la participación indígena en la COP30 es una oportunidad clave para reafirmar la necesidad de fortalecer las capacidades de los pueblos amazónicos en su gobernanza territorial y visibilizar los derechos de la naturaleza ante el actual escenario de crisis climática. “Para nosotros resulta necesario incorporar los saberes y conocimientos indígenas en las estrategias de adaptación y mitigación del cambio climático. Es importante reconocer la valiosa contribución de los pueblos amazónicos en este aspecto”, señaló Manuel Cornejo, director del CAAAP.
El director añadió que abordar la emergencia climática exige un enfoque que ponga en el centro la voz de los pueblos indígenas y su vínculo con el territorio: “Ante la crisis climática hay que priorizar un modelo de transición energética justa, solidaria y con un enfoque intercultural, con el protagonismo de los propios pueblos amazónicos. Sin imponer recetas externas, sino construyendo un diálogo desde sus propios saberes y su relación armoniosa con la naturaleza. Para ello, es necesario que se potencien los espacios de diálogo entre el Estado, los pueblos indígenas y la sociedad civil”.
La lideresa shipiba Janet Cairuna llevó una agenda centrada en la participación política y la seguridad alimentaria, una lucha que sostiene junto a mujeres indígenas migrantes: “Seguimos enfrentando discriminación y no tenemos espacios para ser escuchadas. La minería está contaminando nuestros ríos, nuestras tierras ya no son fértiles y la seguridad alimentaria se está quebrando. Hemos venido a traer la voz de todas las mujeres migrantes del Perú, porque las problemáticas son similares en todo el país y en el mundo”.
Por su parte, la Hna. Ana María Palomino recordó que este año la Amazonía debía ser un eje central por la grave vulneración de derechos que enfrentan sus pueblos: “Hace un par de semanas no más fue asesinado un líder, Isaías, un gran defensor de la educación intercultural bilingüe. En muchas regiones de la Amazonía la vida de las poblaciones originarias es maltratada y vejada. Los megaproyectos, los monocultivos, las mafias y la trata están eliminando el pulmón del mundo. Por eso todos tenemos que asumir compromisos serios y concretos en esta hora clave de la historia”.
Para Richard O’Diana, lo ocurrido en esta cumbre evidencia que las decisiones siguen tomándose lejos de quienes defienden los territorios. “Lamentablemente estamos viendo una vez más un evento ocupado por burócratas, empresas y funcionarios, donde la participación de los pueblos indígenas ha tenido un lugar muy mínimo en los paneles oficiales de la COP”, señaló. Luego agregó: “Nos enfocamos en poner en los espacios oficiales y de sociedad civil el tema de la defensa del territorio y los mecanismos innovadores para protegerlo, para no perder de vista que la Amazonía y sus ciudadanos necesitan protección. Ese es el enfoque del CAAAP: poner al centro el derecho de participación de la ciudadanía amazónica”.
Desde la Vicaría del Agua del Vicariato de Iquitos, Paulo Díaz subrayó el compromiso con los ecosistemas amazónicos: “Tenemos la obligación, la necesidad y el compromiso de que las próximas generaciones reciban estos ecosistemas en mejores condiciones. Somos agua, somos vida, somos esperanza”.
Propuestas desde la Amazonía hacia el mundo

Conferencia de Prensa de La Ruta de los Pueblos en el marco de la COP30.
El CAAAP coorganizó dos eventos clave. El primero, Territorios en resistencia: el derecho a la consulta y consentimiento contra el mercado climático y las falsas soluciones, permitió debatir sobre los peligros del mercado climático y cómo estos mecanismos amenazan derechos territoriales. En este espacio, Richard O’Diana presentó la experiencia del caso Pluspetrol – Lote 192 y los alcances del mecanismo de queja ante la OCDE como vía de defensa para los pueblos. Destacó también la importancia de fortalecer mecanismos que garanticen la participación vinculante de los pueblos y detengan prácticas empresariales que vulneran derechos, especialmente en territorios amazónicos.
El segundo evento fue la conferencia de prensa de la Ruta de los Pueblos, iniciativa que recoge propuestas construidas desde territorios de las veinticinco regiones del Perú por más de trescientos líderes y lideresas. La conferencia estuvo presidida por Miguel Mesa (Valle del Tambo), Edilvar Carrasco (Chaparrí, Lambayeque), Ebelin Vilca (Runai Earth, Puno) y Wrays Pérez (Alianza Amazónica de Cuencas Sagradas). Su presencia en la Cumbre de los Pueblos reafirmó que los pueblos sí tienen propuestas, incluso cuando los gobiernos continúan negociando a espaldas de la vida y los territorios.
Miles marcharon por un futuro sin combustibles fósiles
La delegación del CAAAP y de la REPAM Perú también participó en la plenaria general de la Cumbre de los Pueblos, que reunió a más de treinta mil personas y mil organizaciones de sesenta países. Este espacio entregó una declaración final a las autoridades brasileñas, donde se cuestionan las falsas soluciones, se exige una transición energética justa y se afirma el rol protagónico de los pueblos indígenas en las respuestas climáticas.
El sábado 15, la delegación marchó junto a decenas de miles de personas en la Marcha Global por el Clima, donde movimientos sociales e indígenas realizaron funerales simbólicos a los combustibles fósiles, exigiendo territorios libres de hidrocarburos y un fin real al extractivismo.
La agenda de la REPAM: defensa integral de la Casa Común
La REPAM Perú y la REPAM Panamazonía llevaron a la COP30 una agenda basada en la defensa de la vida, el territorio y la dignidad de los pueblos amazónicos. Esta agenda articula prioridades urgentes identificadas en los territorios, como el fortalecimiento de la participación indígena en la toma de decisiones climáticas, la protección de defensores y defensoras, la garantía del derecho al agua y a la salud integral, la exigencia de una transición energética justa y la reparación efectiva de daños ambientales provocados por actividades extractivas.
En Belém, la REPAM insistió en que la Amazonía debe ser reconocida como un sujeto de derechos y que cualquier política climática efectiva debe partir del respeto a la autodeterminación de los pueblos y a sus sistemas propios de gobernanza. La red subrayó también la necesidad de que los Estados y los espacios multilaterales retomen compromisos concretos para frenar la violencia ambiental, garantizar mecanismos reales de participación y asegurar que el financiamiento climático llegue a las comunidades que sostienen la defensa de los bosques, los ríos y la biodiversidad del planeta.
Una agenda que nace de los territorios y vuelve a ellos
La participación del CAAAP y la REPAM Perú tuvo un objetivo claro: posicionar la defensa de los derechos de los pueblos indígenas y de la Amazonía como una prioridad impostergable en la COP30 y en todos los espacios paralelos. Esa demanda, sostenida en cada intervención, panel, reunión con actores del Estado y anuncio público, regresa ahora a los territorios con más fuerza.
El camino que sigue exige mantener vivas las articulaciones construidas en Belém, fortalecer el liderazgo indígena y asegurar que los compromisos asumidos no se queden en declaraciones. Para las organizaciones amazónicas, lo ocurrido en esta primera semana de la COP30 confirma que sin escuchar a los pueblos que cuidan los bosques no habrá soluciones reales a la crisis climática. Por eso, el retorno de la delegación marca el inicio de una nueva etapa de trabajo conjunto con comunidades, organizaciones y redes que siguen defendiendo la vida en los territorios.
Finalmente, la COP30 culmina hoy y se espera que las delegaciones logren acuerdos concretos que encaminen un proceso real hacia una transición justa y popular, así como mecanismos viables para el fortalecimiento de las NDC (Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional), la adaptación y la protección de la ciudadanía amazónica.
El mensaje es claro: sin justicia climática para los pueblos indígenas, no habrá justicia climática posible.








