Se formó profesionalmente en Estados Unidos e Inglaterra, en Economía y Antropología. Trabajó 14 años en EEUU, con intervalos en Guatemala y Panamá, países donde laboró para UNICEF y el BID. Defiende la diversificación económica y la educación, a la que dedicará el 10% del PBI. Pretende un país moderno y seguro.
Por Elizabeth Prado
Identidad. Hilario reclama orgulloso ser shipibo-konibo..
De Miguel Hilario Escobar se supo por primera vez en el año 2010 cuando intentó postular a la primera magistratura del país por el Partido Pluralista del Perú. Pero no logró obtener las firmas necesarias para inscribir su organización política. Ese año, el congresista Renzo Reggiardo le ofreció su partido y Mercedes Aráoz lo invitó a ser su vicepresidente, pero no aceptó las ofertas.
Esta vez, el indígena shipibo-konibo de 45 años, nacido en una canoa en medio del río Ucayali, se ha presentado por el Partido Progresando Perú. Esta agrupación, asentada el 15 de diciembre pasado en el Registro de Organizaciones Políticas del Jurado Nacional de Elecciones (JNE), mantiene los principales ejes del plan de gobierno del fenecido Partido Pluralista del Perú:educación y salud de calidad, sustentabilidad y desarrollo, seguridad, modernización del Estado y de la administración pública.
En los últimos cinco años Hilario estuvo trabajando en el
Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) en Panamá. También en el Gobierno Regional de California, en Estados Unidos, como director de programas y políticas para asegurar equidad e inclusión. Además, aceptó varias cátedras en la Universidad Intercultural de la Amazonía, con sede en Pucallpa, donde dictó durante un semestre los cursos de Economía de Desarrollo, Derechos y Pueblos Indígenas, Globalización y Pueblos Indígenas.
La docencia ya la había ejercido en West County High School District y en Petaluma People Services Center, ambos en California. Pero fue la investigación el área al que dedicó más tiempo. Temas relacionados con economía, derechos humanos, pueblos indígenas, políticas sociales, medio ambiente, desarrollo sostenible, entre otros, le significaron importantes reconocimientos.
Miguel Hilario es conocido como Manënima en su comunidad de Caimito, distrito de Masisea, provincia Coronel Portillo, región Ucayali. Es su nombre shipibo-konibo. Al preguntarle por sus apellidos hispanos, Manënima responde que fueron heredados por sus ancestros de aquellos que los sojuzgaron hace un siglo.
Se considera un seguidor de Cristo y evita ser llamado cristiano, y menos quiere una discusión entre evangélicos y cristianos. Prefiere ser el puente entre todo tipo de fe. En los últimos meses ha tenido conversaciones con miembros de las iglesias israelita, adventista, evangélica y católica.
Es el único hijo varón de cuatro hermanos. Estuvo casado con una dama norteamericana de la que se divorció posteriormente. Tiene dos hijas que viven en Estados Unidos, a las que ve con regularidad, como ocurrió en la última Navidad.
Sus propuestas de gobierno son novedosas y hasta audaces. Por ejemplo, resalta el concepto del Valor Compartido, que defiende el economista estadounidense Michael Porter.
Este pensamiento señala beneficios para la empresa, el Estado y la comunidad.Hilario quiere aplicarlo en las zonas de inversión minera y petrolera, convirtiendo a las comunidades indígenas en accionistas.
También habla de crear el quinto poder, es decir, una sociedad civil empoderadaque fiscalice a las autoridades regionales, locales y hasta al presidente de la República.
De costa, sierra y selva
Hilario lleva como primer vicepresidente en su plancha presidencial a Manuel Ponce Ayala, un empresario huancaíno dedicado a la importación de repuestos para maquinaria pesada. En la segunda vicepresidencia tiene a Silvia Pareja García, dirigenta del Programa del Vaso de Leche en Villa El Salvador. Quiso que costa, sierra y selva estén representadas.
Manuel Ponce dice que le impresionó la trayectoria académica, la honestidad y los principios de Miguel, y decidió apoyarlo porque está cansado de tanta corrupción.
El asesor principal de
Manënima es el economista Federico Changanakí, un ex colega suyo en el Banco Interamericano de Desarrollo. En el equipo técnico resaltan nombres de Ángel Meneses, quien maneja la Comisión de Economía; y el del comandante PNP (r) Alejandro Mori, a cargo de Seguridad. También está el coronel FAP (r) Jorge de Lama García, liderando la Comisión de Defensa.
Este candidato presidencial que de niño se ganó la vida vendiendo refrescantes «curichis» en Pucallpa tiene claro que su ministro de Economía deberá entender plenamente su filosofía económica, política y social, porque tendrá que implementarla. No está dispuesto a estar atado al ministro de Economía escuchándole decir que no hay dinero.
El financiamiento de la campaña proselitista de Progresando Perú viene del propio candidato presidencial y también de personas naturales y jurídicas, además de pequeños empresarios. El 7 de enero declararon haber tenido ingresos y egresos por 120 mil soles.
Miguel Hilario no olvida a un campesino de Carabayllo que le entregó un sobre y le dijo: “doctor, yo quiero un cambio en mi país, espero que esto le ayude”. Lo que había dentro del sobre era una moneda de cinco soles.
El partido, que lleva por símbolo la letra P encerrada en una especie de arroba, ha copiado la forma en que el presidente Barack Obama hizo su campaña, cuando ciudadanos de a pie comenzaron a contribuir con un dólar, cinco dólares o cincuenta dólares. Pero, previsores, los de Progresando Perú han creado una comisión de inteligencia financiera para asegurar que todo dinero llegue de gente correcta y no les salpique el lavado de activos.
Sin embargo, la propuesta de gobierno de Miguel Manënima Hilario Escobar aún no es conocida plenamente en la mayoría de las comunidades indígenas amazónicas. Tampoco lo han visto personalmente. Ellos dicen que les gustaría hablar con él sobre sus ofrecimientos «para validar al hermano», tal como refiere el presidente de la Federación Indígena Quechua del Pastaza, Aurelio Chino Dahua.
En la
selva central, la lideresa de la Central Asháninka-Río Ene, Ruth Buendía Mestoquiari, quien fuera distinguida con el premio internacional Goldman por su lucha ambiental, lamenta que Miguel Hilario «todavía no suene» en su zona.
Ella le reclama que empiece a coordinar con las organizaciones indígenas nacionales y regionales para darle la oportunidad que merece. Ruth señala que como pueblo existe una identificación y que lo están esperando. Manënima tiene la palabra.
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