Un niño de siete años se encuentra en estado grave tras haber sido disparado por guardaparques en elParque Nacional de Kaziranga al noreste de la India, tristemente conocido por su brutal política de “disparar a matar” a sospechosos de caza furtiva.
El menor, al que llaman Akash Oram, pertenece a la tribu oroan que vive alrededor del Parque Nacional de Kaziranga. En estos momentos recibe tratamiento hospitalario por las graves heridas que tiene en sus piernas.
Después de la protesta de los indígenas de la zona, dos guardaparques han sido suspendidos por los disparos. La comunidad de Akash se enfrenta a la expulsión.
El incidente plantea serias dudas sobre la conveniencia de la política de “disparar a matar”, que en un periodo de nueve años se ha cobrado la vida de 62 personas en el parque. Este enfoque militarizado sobre la conservación de la naturaleza ha tenido graves consecuencias para los pueblos tribales de la región, que se enfrentan a arrestos y palizas, tortura e incluso muerte en nombre de la conservación.
Madegowda C., del pueblo indígena soliga al sur de la India, declaró: “El director del Parque de Kaziranga está violando los derechos humanos y los derechos constitucionales de los pueblos indígenas (…) La conservación de los bosques no es posible sin las comunidades indígenas y locales. La mayoría de los funcionarios forestales no comprenden la relación entre los pueblos tribales y el bosque, necesitan entender las culturas indígenas y nuestros modos de vida en la selva. Los pueblos tribales son las personas indígenas de este país y son seres humanos”.
Hindustan Times ha informado que se ha disparado contra otros indígenas en la zona como si fueran “furtivos” cuando únicamente merodeaban los límites del parque para rescatar ganado o recoger leña. Un informe de 2014 del director del parque revelaba que los guardaparques de Kaziranga eran incitados a ejecutar a “furtivos” sospechosos cuando los vieran, usando eslóganes como “debes obedecer o ser asesinado” y “nunca permitas una entrada no autorizada (mata al indeseado).”
Según las informaciones recibidas, los lugareños reciben pagos por informar sobre presuntos furtivos. Si en consecuencia alguien es asesinado, el informante recibe hasta 1.000 dólares.
El exministro de Medioambiente y Bosques, Prakash Javadeka, del Partido Popular Indio, planeaba implementar esta política a escala nacional, a pesar de las preocupaciones que suscita en materia de derechos humanos y del elevado riesgo de que los guardaparques maten o hieran personas inocentes.
Todo ello a pesar de que en la reserva de tigres BRT del sur de la India, donde los pueblos indígenas consiguieron su derecho a permanecer en su tierra ancestral y donde no se usan tácticas militarizadas para la conservación, el número de tigres ha aumentado considerablemente por encima de la media nacional del país, demostrando que la militarización no es necesaria para una conservación exitosa.
Perseguir a los pueblos indígenas y tribales desvía la atención y evita que se actúe contra los verdaderos furtivos, criminales que conspiran junto a funcionarios corruptos. Este año cuatro trabajadores de Kazirangafueron detenidos sospechosos de furtivismo y de implicación en el tráfico ilegal de especies.
Las tácticas militarizadas de conservación de la naturaleza no solo se usan en la India. En Camerún, por ejemplo, los “pigmeos” bakas han denunciado en repetidas ocasiones palizas y tortura a manos de guardaparques. Del mismo modo en Botsuana, los bosquimanos son criminalizados cuando cazan para alimentar a sus familias, y se enfrentan a arrestos y palizas.
El director de Survival International, Stephen Corry, declaró: “Es hora de una protesta mundial para impedir que indígenas inocentes sean disparados y asesinados en nombre de la conservación de la naturaleza. ¿Por qué las grandes organizaciones conservacionistas son cómplices de estas políticas letales, que no sirven para perseguir a los verdaderos furtivos (criminales que conspiran junto a funcionarios corruptos)? No es bueno pretender que esto se trata de un accidente aislado; es una parte integral del régimen asesino que opera en esta reserva de tigres”.
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Fuente: Survival