Por Roger Rumrril
Aunque el mensaje del 28 de julio del Presidente Kuczynski, esperanzador, tecnocrático, pragmático y conciliador de acuerdo los analistas, resumió y sintetizó las demandas económicas y sociales de la mayoría de los peruanos, no tuvo ni una sola palabra de análisis del contexto geopolítico y geoeconómico global.
Kuczynski en su mensaje trazó una “visión de país”, según sus partidarios. Pero de un país aislado del mundo, de la crisis económica internacional, de la convulsión geopolítica que amenaza al planeta de una tercera guerra mundial, de las cada vez más encarnizada disputa entre China y los Estados Unidos por el petróleo, el gas, el agua y otros recursos vitales de la economía mundial.
Pocos ponen en cuestión que los cinco ejes básicos de la propuesta de gobierno de Kuczynski, la dotación de agua para todos peruanos, educación y salud de calidad, infraestructura, seguridad y combate al flagelo de la corrupción, son clave para la “revolución social” que promete. Aunque el nuevo presidente no dijo ni una palabra sobre el narcotráfico, generador de violencia y corrupción. ¿Cómo eliminar la corrupción si el Perú es el primer productor mundial de cocaína?.
En el mensaje de Kuczynski no asomó ningún comentario al fenómeno que definirá la suerte del planeta Tierra y el destino de la sociedad humana, el cambio climático, sobre todo porque somos el tercer país más vulnerable y donde el 40 por ciento de las reservas de agua, los glaciares, ya han desaparecido.
Kuczynski nombró a Iquitos como la ciudad donde pasó parte de su infancia. Salvo el ambientalmente controversial proyecto de una carretera para unir la capital de Loreto con el resto del país, no hubo más referencias a la Amazonía, al espacio geopolítico e hidropolítico más estratégico del Perú en el siglo XXI.
El Estado central colonial y republicano, las clases dominantes de ayer y hoy, solo ven a la Amazonía como el gran depósito de materias primas que hay que extraer hasta el agotamiento. Extractivistas, cortoplacistas, patrimonialistas, primario exportadores, nunca han visto a la Amazonía como la última renta estratégica del Perú en el siglo XXI.
Kuczynski quiere “dar un gran salto para llegar a la modernidad”. Pero la “modernidad” sin tocar un pelo al modelo neoliberal en crisis terminal. Mientras en Estados Unidos, el epicentro del capitalismo mundial Bernie Sanders reclama un reforma del capitalismo y del sistema financiero especulativo de Wall Street y Thomas Piketty exige una refundación de Europa como receta salvadora, para Kuczynski y toda la tecnocracia neoliberal que ahora está en el gobierno-el poder lo tiene la Confiep y el capital mutinacional- “el país no tiene tiempo para discusiones ideológicas”. En otras palabras, el dogma neoliberal es intocable en el Perú.
No queda ninguna duda. Los cambios y transformaciones como la derogatoria de la Constitución fujimorista de 1993 y la profunda reforma del Estado de origen colonial como los primeros pasos para la refundación de la nación peruana en el año 2021, son tareas de los 10 millones de indígenas andino-amazónicos y de todas las fuerzas progresistas del Perú.
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Fuente: Diario UNO