«Los frutos de la justicia serán tranquilidad y seguridad para siempre.» (Isaías 32, 17)
La Presidencia de la Conferencia Episcopal Peruana ante los persistentes hechos que desconciertan y preocupan al Pueblo peruano, como Obispos inspirados en la palabra del Señor queremos ayudar a construir puentes de paz con todos, procurando que ninguna raíz amarga haga daño a la comunidad” (cf. Heb 12, 14-15). Motivados por esta preocupación pastoral queremos decir lo siguiente:
- Las medidas económicas adoptadas en días pasados, que han terminado con la renuncia de los funcionarios responsables, han ocasionado justas reacciones de No se puede cargar más impuestos a trabajadores que sufren por mejoras económicas, mientras, por otro lado, se mantienen empresas exentas del pago de impuestos por décadas y gozan todavía de grandes privilegios. Si se quiere que haya paz en el país, debe abandonarse cualquier política económica que vulnera el derecho de los empobrecidos. Son buena noticia ciertas medidas que hacen un giro hacia una mayor justicia.
- A pesar de las justas protestas, invocamos al pueblo afectado por las medidas económicas a no dejarse manipular por personas infiltradas que realizan actos violentos con el objetivo de desvirtuar las protestas y manifestaciones ciudadanas protegidas por la constitución y el Estado de derecho.
- Los gastos superfluos en ciertas instituciones del Estado, así como el empleo burocrático para satisfacer favores, constituyen una burla a la ciudadanía y muestra claramente que estas instituciones y muchos de sus miembros viven ajenos a la situación social del país. También se deben tomar medidas adecuadas y eficaces contra los que mantienen lazos con el narcotráfico y la corrupción.
- La muerte de Eyvi Agreda nos impone un desafío a todos, además de nuestra solidaridad con las mujeres víctimas de feminicidio, para combatirlo, como pedía el Papa Francisco: “Mirando a las madres y a las abuelas, quiero invitarlos a luchar contra una plaga que afecta a nuestro continente americano: los numerosos casos de feminicidio”. Por ello debemos desarrollar una gran campaña educativa que ayude a sacar de nuestra mentalidad el machismo, que viene siendo incluso incentivado en ciertos medios como un modelo de La Iglesia está comprometida en resaltar los derechos y la dignidad de la mujer y ser puente para que una sociedad nueva resurja en el Perú, con respeto, dignidad y ternura.
Todos estos hechos están relacionados, y agradecemos al pueblo que manifiesta públicamente su anhelo de una democracia sólida y transparente, sin corrupción, con políticos de alta calidad ética y moral, en defensa de la vida, de la mujer y de los más necesitados.
Lima, 8 de junio del 2018