Mujeres originarias de la región amazónica del Perú e integrantes de los pueblos asháninka, shipibo-konibo, yine, amahuaca y yagua compartieron una jornada de encuentro y reflexión sobre las preocupaciones y problemáticas que enfrentan las mujeres amazónicas y cómo la Iglesia católica debe responder ante ellas. La actividad, enmarcada bajo el título ‘Diálogo de mujeres amazónicas rumbo al Sínodo’ se realizó en las instalaciones del Centro Amazónico de Antropología y Aplicación Práctica – CAAAP
21:42|12 de febrero de 2019.- “Machismo, discriminación, trata de personas, explotación laboral, embarazo precoz, contaminación, pérdida de la identidad cultural, despojo de los territorios ancestrales y otras problemáticas más, todas ellas en referencia a la afectación directa que tienen en el día a día de muchas mujeres amazónicas, se pusieron en debate durante el encuentro realizado el sábado último por el Centro Amazónico de Antropología y Aplicación Práctica-CAAAP. Todo ello bajo el enfoque de que, las amazónicas, son mujeres que, bien residiendo en el ámbito urbano (ya sea en Lima u otras capitales departamentales) o en el seno de las comunidades nativas donde nacieron y crecieron, deben afrontar la vida con una doble carga que las convierte en personas en situación de vulnerabilidad a la par que irradian una fortaleza única y afán de superación. El Papa Francisco, ante la convocatoria del Sínodo Amazónico de octubre, desea también que las voces de estas mujeres puedan escucharse.
En esa línea, se impulsó el encuentro ‘Diálogo de Mujeres Amazónicas Rumbo al Sínodo’ donde representantes de diferentes pueblos indígenas compartieron puntos de vista y conocieron a fondo las nuevas propuestas de la Iglesia para frenar las amenazas que se ciernen sobre la Panamazonía, tanto a nivel social como medioambiental. Laura Vargas, quien ha sido designada como coordinadora de la Iniciativa Interreligiosa para la Defensa de los Bosques Tropicales en Perú tras varios años en la dirección de la Comisión Episcopal de Acción Social (CEAS), y la historiadora Ángela Vilca, del equipo técnico del CAAAP, fueron las encargadas de conducir la actividad.
Luego de la correspondiente dinámica de presentación, en la que cada participante habló sobre su persona, su cultura y aportó al encuentro un objeto personal de forma simbólica, el grupo ahondó en el material ‘Amazonía. Nuevos caminos para la Iglesia y para una Ecología Integral’ conociendo las propuestas que se vienen socializando con representantes amazónicos. “La Iglesia es consciente de que, durante mucho tiempo, ha entrado a la Amazonía con una lógica de poder”, explicó Laura Vargas, “ahora quiere entrar con una lógica de servicio, quiere escuchar para poder comprender mejor qué es lo que el pueblo necesita”. Igualmente, también se recordó en varias ocasiones la visita del Papa Francisco a Puerto Maldonado. “Por mucho tiempo la Iglesia se ha identificado con una sola cultura, pero ahora ya no, por eso el Papa dijo que cada pueblo que se acerca al Evangelio enriquece a la Iglesia porque le aporta su visión, sus costumbres, su manera de ser… por eso Francisco nos llama a conformar esta Iglesia con rostro amazónico”, dijo Vargas, “los asháninkas aportan, los yines aportan, los shipibos aportan… todos aportamos desde nuestra visión y nuestra cultura”.
Peticiones y propuestas de acción
Trabajando en grupos, lo escuchado, reflexionado y compartido fue finalmente puesto sobre el papel en forma de propuestas y peticiones para paliar problemáticas generales de la Amazonía y otras que afectan más específicamente a las mujeres. “El Estado debe terminar con las concesiones de mineras, madereras y de hidrocarburos, así como realizar políticas más extensivas de reforestación y hacer un trabajo de sensibilización arduo con la población para que no sean partícipes de los trabajos de minería ilegal que depredan nuestros bosques”, se escuchó entre las diversas propuestas en la exposición final. También se solicitó igualdad en todos los ámbitos, sobre todo en el laboral, así como mayor énfasis en políticas de planificación familiar.
Interrogadas, con enfoque intercultural, sobre sus sueños a futuro, tanto para ellas como para sus hijos, se palpó una especial preocupación por el derecho a la educación universal e intercultural de todos, mayor apoyo a las culturas a fin de evitar pérdidas irreparables y, en el ámbito económico, capacitación en artesanía y en microempresa. “Soñamos con una total independencia de la mujer amazónica y así lograr que nuestros hijos sean profesionales y salgan adelante”, se concluyó en ese aspecto.
Como tercer punto, las participantes dialogaron sobre qué Iglesia piden para la Amazonía. Ahí se aportaron varias visiones. “Primero, creemos que la Iglesia no debe imponer su religión a los pueblos indígenas amazónicos y que cada pueblo sea autónomo en sus creencias”, enumeró una de las participantes, “también se ha pedido una Iglesia inclusiva, que no discrimine por cultura o religión, que nos unifiquemos todos por igual para resolver los problemas de nuestra Amazonía”. Asimismo, también se pidió humildad y apoyo interreligioso, de todos, en lo referente a la protección del medio ambiente y la preservación de las culturas.