“Es una bonita expresión de que somos una humanidad y de que la solidaridad entre las personas desconocidas e incluso de religiones diferentes no tiene límites. Es un lindo gesto que, por supuesto, estamos agradeciendo”, reflexionó monseñor Miguel Fuertes, tras recibir la primera parte de la ayuda. El envío ha sido posible gracias a la colaboración entre el Vaticano, con el Papa Francisco a la cabeza, y el Príncipe de Abu Dabhi, el Jeque Mohamed bin Zayed
Por: Beatriz García – CAAAP
22:20|01 de agosto de 2020.- “Los Emiratos Árabes Unidos son países de religión musulmana, ¿no? Pero esto nos demuestra cómo nos debemos preocupar de que las demás personas, sean de un partido, un país, una religión o sean de donde sean, tenga de qué comer. Es una bonita expresión de que somos una humanidad y de que la solidaridad entre las personas desconocidas e incluso de religiones diferentes no tiene límites. Es un lindo gesto que, por supuesto, estamos agradeciendo tanto a la embajada como a quienes han hecho posible esta ayuda y lo que significa”. El autor de esta reflexión es de monseñor Miguel Fuertes, administrador apostólico del Vicariato Apostólico de Iquitos quien, en nombre de esta jurisdicción eclesial, recibió el último sábado el primero de los contenedores que, en total, llevarán hasta la capital de Loreto 40 toneladas de ayuda humanitaria.
Un gran apoyo que llega desde un lugar muy lejano, Abu Dhabi, cuyo Príncipe, el Jeque Mohamed bin Zayed, determinó enviar diferentes materiales tanto médicos como alimenticios para aliviar, en la medida de lo posible, la necesidad de miles de familias de la Amazonía norte del Perú. Todo ello fue posible gracias a las buenas relaciones que existen entre las autoridades de Emiratos Árabes y el Papa Francisco, pues esta acción se ha canalizado y coordinado con la Fundación Pontificia Gravissimum Educationis de la Santa Sede.
“Esta pandemia nos ha llevado a ver lo que nunca imaginamos que veríamos. De un lado la enfermedad, por supuesto, pero de otro la solidaridad mundial, en general. Ha habido una solidaridad generalizada de apoyo a países y regiones que estaban, en un determinado momento, en peores condiciones que el resto. Esto nos debe llevar a pensar que somos un solo pueblo, que todo está interconectado y debemos sentirnos así. Lo que ocurre en un sitio no nos debe ser ajeno, por más que esté a miles de kilómetros y no sepamos donde está. Nada que le ocurre al ser humano debe ser ajeno a las demás personas”, considera Fuertes.
Tal y como manifestó, la canalización de la ayuda se realizará mediante un comité que el vicariato ya tiene establecido y que va analizando las necesidades que se necesitan en cada zona para que la ayuda sea utilizada de la manera más eficiente posible. Y es que, a pesar de que los meses de abril, mayo y junio fueron, realmente de terror en Iquitos, ahora se respira lo que monseñor denomina como “falsa imagen de tranquilidad” ya que, si bien los niveles de contagio en la ciudad han bajado, los contagios son todavía muy fuertes en los diferentes ríos de la región, con miles de infectados e incluso muertos. “Esto nos puede relajar en la vida diaria, en la preocupación por cuidarse. Personalmente tengo miedo de que, en cualquier momento, pueda haber rebrotes o recaídas, pues ni siquiera está claro el tema del a inmunidad. El riesgo todavía es muy grande, como en el resto del mundo”, aseguró, “por eso pido que sigamos tomando todas las prevenciones posibles”.
El lunes y a lo largo de la semana se continuará recepcionando el resto de la ayuda enviada desde Emiratos Árabes. Por otra parte, respecto a la gran campaña solidaria administrada por el Vicariato de Iquitos y que logró recaudar más de 2,2 millones de soles, el administrador apostólico del vicariato aseguró que la práctica totalidad de lo recaudado ya ha sido invertido. De ellos, más de 1,5 millones se han utilizado en la compra, envío e instalación de cuatro plantas de oxígeno (tres en el hospital regional de Iquitos y una en Nauta) que esta misma semana ya serán entregadas oficialmente al sector salud. Medicinas, equipos de protección personal, concentradores de oxígeno y algunos alimentos para las familias más necesidades han completado las compras. “Ya se está por cerrar todo ese presupuesto y, por supuesto, se brindará un informe final respectivo”, indicó siendo que, periódicamente, el Vicariato ha ido informando sobre los avances de las compras, “de todos modos nuestra labor como Iglesia, como no podría ser de otro modo, continúa”.