De las plantas de oxígeno al oxígeno de las plantas

Panorámica de la ciudad de Iquitos. Foto:

Panorámica de la ciudad de Iquitos. Foto:

Por: Vicariato Apostólico de Iquitos

17:30|05 de agosto de 2020.- La Iglesia de Iquitos observa con preocupación el deterioro del medio ambiente de nuestra Amazonía, el bien más preciado de la creación después del hombre y la mujer. Este hecho no sólo se constata con las estadísticas e investigaciones científicas de la comunidad internacional, sino que también se expresa en el sentir y en las esperanzas de nuestros hermanos de las localidades ribereñas y de ciudades amazónicas, como la metrópoli de Iquitos. Este clamor ya lo ha advertido el Papa Francisco en numerosas ocasiones.

Loreto, en general, enfrenta un gravísimo proceso de deforestación que afecta la vida y ahonda la pobreza de las poblaciones ribereñas. Iquitos metropolitano en particular, enfrenta una situación grave para la salud de las personas, con una carencia de áreas verdes en la que la tasa por persona, en metros cuadrados, llega apenas al 12,5% de lo que debería ser. A menos árboles menos oxígeno, a menos oxígeno menos calidad de vida para la gente. Necesitamos más vida, más oxígeno, más áreas verdes para la ciudad.

En este marco de cosas nos llama la atención que la ciudad de Iquitos nos hace testigos adoloridos de su precaria situación urbanística, en donde la falta de solidaridad para con sus ciudadanas y ciudadanos se expresa en la ausencia de políticas públicas y proyectos que ordenen el crecimiento de la ciudad y su planificación ecológica.

Iquitos vive de espaldas al río, al medio de transporte y vida que forma parte de nuestras raíces culturales amazónicas. El río está ocultado por edificaciones que no permiten a las ciudadanas y ciudadanos verlo, tenerlo presente y sentir la agresión permanente a que está expuesto, ya a través del sistema de alcantarillado que vierte sus aguas sin tratamiento, o a través del vertimiento de sustancias que destruyen la vida en su interior y afectan tanto a la flora, fauna como los hombres y las mujeres amazónicos.

Con ocasión del Bicentenario de la Independencia del Perú vemos con dolorosa preocupación cómo se ha perdido la oportunidad de recuperar áreas verdes para la ciudadanía, para la creación de una parque metropolitano, como lo establece el Plan de Desarrollo Urbano de Iquitos, en un terreno que hoy mismo representa una dificultad para el crecimiento ordenado y la vida en la ciudad.

Invocamos a las autoridades civiles y militares para que en expresión de su investidura, como de sus nobles propósitos, atiendan la voz del pueblo de Dios y dispongan de todas sus inteligencias y disposiciones para hacer causa común, real y efectiva, en la creación del Parque Bicentenario o Metropolitano de Iquitos, que sea una expresión de la comunión amazónica, el lugar común de todas las sangres y todos los sueños de los que vivimos y soñamos una amazonía común, un espacio de la creación para el Buen Vivir.

Porque estamos convencidos, ofrecemos nuestra disposición a animar y acompañar el camino para la recuperación de la “amazoniedad” de Iquitos.

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