Tres bancos europeos excluirán las exportaciones de petróleo de la Amazonía ecuatoriana de sus actividades comerciales

Estos compromisos surgen en respuesta al informe publicado por Amazon Watch y Stand.Earth que expuso cómo los bancos europeos proporcionan USD 10 mil millones en financiamiento para el comercio de petróleo desde la Amazonía ecuatoriana hacia EE.UU.

Obras de reparación del oleoducto dañado que ocasionó el derrame de petróleo. Las obras se llevan a cabo a la altura de el parador conocido como «El Reventador» de la via Quito – Lago Agrio. Foto: Ivan Castaneira

Por: Stand.Earth y Amazon Watch

16:20 | 25 de enero de 2021.-  Los bancos europeos Grupo BNP Paribas, Credit Suisse y ING  –responsables de financiar el comercio de USD 5.500 millones del petróleo de la Amazonía ecuatoriana hacia los EE. UU. desde 2009– se han comprometido a excluir inmediatamente de su portafolio, el financiamiento del comercio de crudo proveniente de la Amazonía ecuatoriana.  Esta información fue dada a conocer a través de correos electrónicos enviados a las organizaciones ambientales Stand.earth y Amazon Watch, y se espera que los tres bancos implementen políticas vinculantes en los próximos meses. El Grupo BNP Paribas también ha hecho público su compromiso en su sitio web.

Esta es la primera vez que los bancos comerciales globales han adoptado políticas que excluyen el financiamiento para actividades extractivas en la Amazonía. Estos compromisos representan el fin de las principales fuentes de financiamiento actuales para el comercio del petróleo amazónico, ya que estos tres bancos fueron, de forma conjunta, responsables de más del 50% del financiamiento proporcionado en la última década.

Estos compromisos surgen en respuesta al informe presentado en agosto de 2020 por Stand.earth y Amazon Watch que revela cómo los bancos europeos financiaron el comercio de petróleo por un monto equivalente a USD 10 mil millones desde la región de la Amazonía denominada “las Cuencas Sagradas” hacia los EE.UU. El informe establece que mientras los bancos adquieren compromisos corporativos de sustentabilidad por un lado; por otro,  comercializan petróleo amazónico que contribuye al cambio climático y tiene impactos directos en los Pueblos Indígenas -tal es el caso del derrame de crudo ocurrido el pasado 07 de abril y de un nuevo derrame el 27 de noviembre de 2020 en el Río Shiripuno, cuyo impacto se hace extensivo a múltiples comunidades indígenas del pueblo waorani y que, en su trayectoria, avanza hacia territorios de pueblos en aislamiento voluntario.

La mayor parte de los (19) bancos identificados en el informe por financiar el comercio amazónico son también miembros de la “Iniciativa para el Gran Reinicio” (The Great Reset Initiative) del Foro Económico Mundial (FEM). Por los objetivos de esta iniciativa y las fechas de la reunión de la Agenda 2021 del FEM que se llevará a cabo esta semana, es fundamental que quienes lideran el Foro impulsen a sus miembros a priorizar la eliminación del financiamiento para la extracción y el comercio de petróleo y, otras industrias extractivas, que atentan contra la integridad de los bosques primarios en la Amazonía y ponen en peligro las vidas de los pueblos indígenas, para quienes este bosque es su hogar.

Para Tzeporah Berman, Directora de Programas Internacionales de Stand.earth, “Estos compromisos son un gran paso adelante y una señal de que la comunidad financiera está empezando a reconocer los abusos a los derechos humanos, las amenazas a la biodiversidad global y la estabilidad climática producidas por el nuevo desarrollo petrolero en la Amazonía. En última instancia, estos y otros bancos que invierten en la cadena de valor del petróleo de la Amazonía deben cumplir sus compromisos climáticos, lo cual implica, dejar de comerciar y financiar el desarrollo petrolero en la Amazonía hasta que los gobiernos de la región  se comprometan a frenar la expansión y planifiquen una reducción de la producción existente que se alinee  con los objetivos climáticos del Acuerdo de París ”.

Moira Birss, Directora de Clima y Finanzas de Amazon Watch, señaló “A medida que se intensifica el cambio climático, estos compromisos muestran una creciente preocupación por parte de las instituciones financieras globales sobre los riesgos que conlleva financiar el comercio del petróleo de la Amazonía para su reputación. Los bancos identificados en nuestro informe enfrentaron serias acusaciones por abanderarse de compromisos climáticos mientras continuaban financiando el comercio de petróleo de la Amazonía.  En esta medida,  estas nuevas políticas  son el primer paso para lograr un impacto significativo y duradero en la protección de la selva amazónica y el respeto de los derechos indígenas en la región”.

Marlon Vargas, Presidente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas de la Amazonía ecuatoriana (CONFENIAE) considera que “La decisión de estos bancos de dejar de financiar el comercio de crudo de la Amazonía desde nuestros territorios es un hito importante en nuestro esfuerzo por proteger nuestras tierras, nuestras vidas y nuestras culturas. Durante demasiado tiempo, la industria petrolera ha causado estragos en nuestros pueblos, violado nuestros derechos, talado nuestros bosques, ocupado nuestros territorios y creado un caos climático que está llevando al colapso de la Amazonía. Los bancos que financian esta destrucción son cómplices de lo que es una amenaza genocida para nosotros y una amenaza existencial para la humanidad y nuestro planeta. Hacemos un llamado a todos los demás bancos para que dejen de financiar la extracción de petróleo y el comercio del crudo amazónico, y, en su lugar, inviertan en alternativas económicas sostenibles para nuestros países y comunidades”.

José Gregorio Díaz Mirabal, Coordinador General de la COICA, señaló que “Desde la Coordinadora de Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica (COICA), reconocemos la importancia de que los bancos de Europa dejen de financiar el extractivismo y los combustibles fósiles en la Amazonía Ecuatoriana.  Es un primer y gran paso, una esperanza respaldada por una acción. Esta decisión se alinea a nuestra ley de origen que está escrita en la madre selva amazónica: los recursos naturales son sagrados, tienen una función en todo el ecosistema de la selva más grande del planeta, es la sangre, son las articulaciones y huesos, es la vida de los pueblos y nacionalidades indígenas y de todo ser vivo que la habita. Finalmente, pedimos a todos los bancos y empresas del mundo a que sigan este ejemplo, pero que también se haga realidad en todos los países que están en la Cuenca Amazónica”.

Patricia Gualinga, Coordinadora del Colectivo Mujeres Amazónicas, afirmó que “Este ha sido un largo camino de resistencia, de defensa de la Amazonía. Es importante que los bancos dejen de apoyar a negocios que violentan derechos humanos, que cometen genocidio y etnocidio en contra de los pueblos indígenas, que violentan los derechos de las mujeres, que afectan a los territorios que dan vida al planeta. Los bancos deben generar una conciencia global para que este mundo se pueda salvar; las empresas que invierten en combustibles fósiles deben iniciar una transición profunda hacia la vida del planeta, hacia cuidar nuestra Amazonía, hacia ver que se han cometido injusticias por cientos de años, y que nosotros estamos aquí, luchando, resistiendo y diciendo que se puede hacer el cambio, que se puede vivir sin destruir la vida del planeta Tierra, sin destruir el futuro de las generaciones que vienen. Es necesario que otros bancos sigan ese ejemplo”.

Las respuestas emitidas a finales de diciembre mediante correo electrónico por parte de BNP Paribas, Credit Suisse e ING -tres de los bancos con mayor volumen de financiamiento al comercio del crudo ecuatoriano- con relación a sus propios procesos y compromisos específicos sobre las medidas inmediatas de restricción de la financiación del comercio fueron:

«Hemos … completado la revisión de nuestra exposición al comercio de crudo de la Amazonía ecuatoriana o peruana, y hemos decidido eliminar gradualmente los servicios de financiación del comercio para la exportación de dicho crudo. Los compromisos existentes se están completando, pero no se están ejecutando nuevas transacciones relacionadas con el comercio de crudo de la Amazonía ecuatoriana o peruana en adelante», escribió Credit Suisse, en un correo electrónico del 28 de diciembre.

«BNP Paribas ha asumido un nuevo compromiso … que entra en vigor inmediatamente. BNP Paribas ha tomado la decisión, a nivel de Grupo, de excluir de sus actividades comerciales las exportaciones marítimas de petróleo de la región de Esmeraldas en Ecuador», dijo el Grupo BNP Paribas, en un correo electrónico del 21 de diciembre.

«Estamos investigando nuestra exposición al comercio en la región; nos estamos comprometiendo con cualquier cliente que pudiera estar vinculado a los temas y a la zona; [y] hemos rechazado cualquier nueva propuesta de transacciones y, por tanto, nuevos negocios en el comercio vinculado al petróleo y al gas en Ecuador», dijo ING, en un correo electrónico del 10 de diciembre.

Otros bancos importantes que financian el comercio de petróleo de la Amazonía también respondieron al informe. Rabobank dijo a Reuters que «dejó de financiar cargamentos de crudo ecuatoriano a principios de 2020″, porque violaba sus políticas existentes que prohíben actividades en sitios Patrimonio Mundial o áreas de alto valor de conservación». Por otro lado, UBS señaló a esta misma agencia que «ya había disminuido algunas transacciones petroleras de la región debido a preocupaciones sobre los derechos territoriales indígenas”. Sin embargo, UBS aún no ha asumido ningún compromiso en firme para poner fin a su financiamiento al comercio del petróleo de la Amazonía, incluido el crudo de bloques controversiales en la Amazonía peruana que son el hogar de pueblos indígenas no contactados.

El último de los seis bancos responsables del financiamiento del 85% del comercio del crudo ecuatoriano es Natixis.   A pesar de que sus ejecutivos indicaron a Reuters que analizarán las preocupaciones planteadas en el informe, un nuevo análisis de datos de Stand.earth reveló que es la única entidad  entre las seis principales que aún realiza transacciones con el petróleo de Amazonía después de la publicación del informe. Natixis  financió el comercio de 5.5 millones de barriles de petróleo amazónico desde Ecuador en el periodo de julio a diciembre de 2020, más del doble del volumen que financió en la primera mitad del año. Todo esto, a pesar de que la entidad  financiera fuera nombrada el «banco de inversión más innovador en clima y sostenibilidad» en 2018.

PRÓXIMOS PASOS: UN RANKING 

En el segundo trimestre del año en curso, Stand.earth y Amazon Watch publicarán un ranking con información de los actores financieros identificados en el informe conjunto y en el informe de finanzas corporativas realizado por Amazon Watch en marzo 2020.  El objetivo de esta herramienta es evaluar la participación de las instituciones financieras vinculadas a la cadena de valor del petróleo de la Amazonía y contrastar estas actividades con sus compromisos climáticos y de sostenibilidad. La tarjeta de puntuación incluirá al Grupo BNP Paribas, Rabobank, UBS, ING, Credit Suisse, ABN Amro, MUFG, Société Générale, Deutsche Bank, Unicredit, Credit Agricole, Citigroup, JP Morgan Chase, Goldman Sachs y HSBC, entre otros.

LOS INFORMES DE FINANCIAMIENTO EN LA AMAZONÍA

El informe de Stand.earth y Amazon Watch de agosto de 2020 “Los bancos europeos financian el comercio del controversial petróleo de la Amazonía a EE. UU.” expuso cerca de una veintena de  bancos europeos que, desde 2009, han proporcionado US$ 10 mil millones de dólares en financiamiento para el comercio de aproximadamente 155 millones de barriles de petróleo extraídos de la región ecuatoriana de la Cuencas Sagradas a las refinerías en los Estados Unidos; de los cuales, más del 40 por ciento fue a las refinerías en California. Este crudo contenía aproximadamente 66 millones de toneladas métricas de CO2, equivalente a las emisiones anuales de 17 centrales eléctricas de carbón.

De los 19 bancos evaluados en el informe, seis (ING, Credit Suisse, UBS, el Grupo BNP Paribas, Natixis y Rabobank) representan el 85% del financianciamiento del comercio de petróleo de la Amazonía, a pesar que cuentan con políticas a favor de los derechos humanos, la protección de la biodiversidad y el cambio climático. El informe exhortó  a los bancos a:

  • Dejar de financiar las actividades relacionadas con el comercio del petróleo de la Amazonía, a menos que se produzca una remediación adecuada de la contaminación, se garanticen los derechos a la salud de las comunidades locales, se establezcan salvaguardias para evitar futuros derrames y, que, los gobiernos de la región se comprometan a la no  expansión de la frontera petrolera  y liquiden  los pozos existentes como una manera de alinearse con los objetivos climáticos globales y las visiones indígenas para la región;
  • Direccionar las inversiones en oportunidades en Ecuador y otros países de la Amazonía y el mundo, que realmente reflejen el cumplimiento de compromisos bancarios responsables y respeten los derechos indígenas; y,
  • Ampliar las políticas para excluir todo financiamiento de proyectos y de comercio petroleros derivado de la Amazonía hasta que todos los países de la Cuenca Amazónica se comprometan a no expandir la frontera petrolera y a cerrar  los pozos existentes de acuerdo con las visiones colectivas indígenas para la región y los objetivos climáticos globales.

Las Cuencas Sagradas de la Amazonía es uno de los ecosistemas con mayor biodiversidad del planeta y ayuda a regular los servicios ecosistémicos planetarios esenciales, como los ciclos hidrológicos y del carbono. La región alberga a una población indígena que sobrepasa los 500.000 habitantes y que representan a más de 20 nacionalidades, incluidos los pueblos que viven en aislamiento voluntario en sus tierras ancestrales.

La extracción petrolera nueva y actual en la región es una puerta de entrada a la deforestación, y contribuye a las violaciones de los derechos de los pueblos indígenas. Los líderes indígenas de la región han expresado repetidamente su oposición a la expansión de la industria petrolera y otras actividades industriales en sus territorios.

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Lee el artículo original publicado en la web de Stand.Earth aquí.

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