12:00 | 26 de febrero de 2021.- El coordinador Nacional del Movimiento Ciudadano por el Cambio Climático (MOCICC), Antonio Zambrano, plantea una serie de puntos importantes para el país, en materia ambiental y climática, para este 2021. Explica también sus observaciones sobre la política nacional de cambio climático, las acciones que el Estado debería promover para evitar la deforestación en la Amazonía y la necesidad de orientar el país a una transición ecológica.
Lee con atención la entrevista sobre la agenda ambiental del Perú:
-¿Cuáles serían los temas importantes en materia ambiental para este 2021?
Lo primero sería controlar las actividades ilegales y sobre-extractivas alrededor de la deforestación y degradación de los bosques, que se han intensificado durante la pandemia. La tala y la quema aumentaron también, así como la minería ilegal y el narcotráfico. Es prioridad, además, la protección de los derechos de los defensores ambientales.
La segunda prioridad este año es el reconocimiento de los pueblos sobre sus territorios. Es una condición habilitante para la ejecución de las Contribuciones Nacionalmente Determinadas (NDC), es decir, nuestras medidas para enfrentar el cambio climático. La tercera sería empezar a construir mecanismos amplios y más profundos de adaptación de la agricultura.
Como cuarto añadiría que es necesario garantizar el acceso a fuentes de agua limpia en el país. Hubo provincias declaradas en Estado de Emergencia en la costa norte del país por contaminación de agua. Sedapal está litigando contra la minera Ariana para que no ponga sus relaves junto a la zona que trasvasa el agua para que sea potable, en la ciudad de Lima.
Un elemento adicional sería empezar una política con metas claras para descarbonizar, es decir, dejar de depender del petróleo. Esto implica desinvertir en hidrocarburos y direccionar fondos en apoyo a las energías renovables.
-En cuanto a la Estrategia Nacional de Cambio Climático (ENCC), ¿qué posición tendría el MOCICC sobre cómo se está llevando el proceso?
La iniciativa de plantear un proceso participativo nos parece adecuada. El Centro Nacional de Planeamiento Estratégico (CEPLAN) ha dado al Ministerio del Ambiente (Minam) plazo hasta junio para presentar el proceso de la Estrategia Nacional de Cambio Climático, sin embargo, uno de los elementos más importantes de esta actualización es que ahora proyecta tener una estrategia hasta el 2050.
Hemos establecido que es fundamental conocer en todos sus pasos: los borradores de la evaluación, porque la primera Estrategia Nacional de Cambio Climático solo se pudo cumplir el 12 % de sus metas, eso es poco. En esta segunda se debe tener una estrategia que tenga metas claras y posibles de monitorear, ya lo habíamos exigido en el primer documento y nos dijeron que las Contribuciones Nacionalmente Determinadas iban a funcionar como metas, pero no fue así.
Hoy no tenemos cómo hacer seguimiento a la Estrategia, por lo tanto, esta nueva tiene que tener mecanismos de monitoreo, un informe hecho por el Estado peruano y disponible para el público cada año.
Nosotros, permanentemente, estamos mirando lo que está pasando en las regiones y nos interesa, profundamente, ver cómo se evalúa no solamente la Estrategia Nacional de Cambio Climático sino, también, las Estrategias Regionales y cómo se integran. Queremos saber si permiten proyectar a todas las regiones un espíritu de planificación que permita tener mecanismos y medidas que se transformen en políticas climáticas.
-Se actualizaron las Contribuciones Nacionalmente Determinadas (NDC), ¿es una buena noticia? ¿Qué esperamos de parte del Gobierno en materia de ambición climática?
Las NDC tenemos que verlas reflejadas en otras políticas nacionales, debería ser fácilmente identificable dentro del Presupuesto Nacional de la República 2021. Por otro lado, hasta que no tengamos claro cuál es la forma de hacer seguimiento, cuales son y cómo es que en la práctica se desenvuelven estos proyectos vamos a seguir en duda. Luego, el 2026 vamos a preguntarnos qué hemos avanzado en los últimos 5 años.
-La reactivación prometida durante el Gobierno anterior tiende a impulsar proyectos como carreteras, hidrocarburos y minería, en este sentido, ¿contradice apuestas como la Estrategia Nacional de Cambio Climático?
No se quiere tocar el sector petrolero, pero se tiene que discutir la necesidad de dejar de promover inversiones alrededor del petróleo, sino se tiene una política contradictoria. Por un lado, el Estado dice que vamos a reducir emisiones, se compromete y se eleva la ambición; por el otro lado, otra personalidad, tiene un mapa de promoción de inversiones en petróleo en zonas altamente frágiles y vulnerables a la intervención humana.
Entonces, hasta que no tengamos un rol rector del Ministerio del Ambiente que nos diga que tenemos que establecer una política clara de desinversión y de transformación de nuestra matriz, así como implementar un proceso de transición ecológica, no vamos a tener una verdadera ambición en nuestra política climática.
Es necesario, pensar a cuántas personas en el Perú se afecta con los problemas climáticos, y ello termina siendo más costoso para el país que la explotación, que deja pocos recursos. No olvidemos, por ejemplo, que en el 2016 varias empresas extractivas tuvieron más devoluciones de sus impuestos de parte de la Sunat de lo que habían tributado. El 3 de febrero, el ex jefe de la Sunat dijo que el 50% de los que evaden pagar impuestos son las grandes empresas, quienes judicializan y demandan al estado para no pagar impuestos.
-Coméntanos sobre la propuesta de transición ecológica del MOCICC que podría ser una gran apuesta ecológica este 2021
Necesitamos un Centro Integrado de planificación estratégica para pensar el Perú a largo plazo, como el Centro Nacional de Planeamiento Estratégico (CEPLAN), pero que piense en la energía y nuestra matriz, nuestro enorme potencial y que dialogue con los otros planes. Pensar que de acá al 2050 queremos un país cero emisiones, donde se pueda resarcir los enormes daños que se han hecho a los ecosistemas a lo largo del Oleoducto Nor peruano.
El año pasado, el banco Interamericano de Desarrollo (BID), Junto con la Organización Internacional del Trabajo (OIT) Publicaron “El empleo en un futuro de cero emisiones netas en América Latina y el Caribe” un documento en el que sustentan que en América Latina se puede generar varios millones de empleos en cada uno de los países, solamente, con la promoción de energías limpias. La región tiene el potencial de abastecer entre cinco y siete veces todo el requerimiento de la humanidad. Sin necesidad de llegar a eso, para abastecernos a nosotros ya es posible.
Nosotros nos preguntamos por qué no se promueven las energías limpias, hay desidia, sí; pero también, una Sociedad Peruana de Hidrocarburos (SPH) que busca que todo continúe igual. Promovían, por ejemplo, una modificación a la Ley de Hidrocarburos que anclaba a la industria petrolera por 60 u 80 años, cuando tenemos que dejar de usar petróleo lo antes posible, para evitar que el promedio de elevación de temperatura del planeta supere los dos grados y los ecosistemas colapsen.
Se tiene que abrir a la posibilidad de que pequeños productores como asociaciones o familias puedan invertir en energías renovables, permitir que haya micro productores de energía, que se cuente con generadores descentralizados no solo en la Amazonía y en las zonas rurales, incluso en los centros urbanos menores. También, transformar completamente la forma en que pensamos el transporte.
Tenemos un mal concepto de lo que es electrificar, se piensa que es prender tres focos y una radio, por eso, se dice que se ha llevado electricidad a más del 90% del país, cuando en muchas zonas rurales no ha llegado el electrificado. No hay condiciones reales de desarrollo.
Hay grandes mecanismos y micro mecanismos y eso es cuestión de que cada Estado lo vaya discutiendo, pero es urgente cambiar la matriz energética.
-En el caso de la Amazonía y la deforestación, qué podría hacer el gobierno al respecto teniendo en cuenta un contexto de pandemia
Según el Gobierno Norteamericano, en el año 2017 entre el 90 o el 95% de toda la madera que entró su país y que sale por el Callao es ilegal. El tráfico genera problemas de varios tipos, para empezar, los asesinatos de defensores ambientales en comunidades indígenas. Una sola muerte es absolutamente inadmisible y debería indignar, conmover y movilizar a la nación. ¿Por qué no hacer una moratoria a la extracción de madera en la Amazonía si es tan o más perjudicial que el narcotráfico?
En los años 90 y el 2000, el Organismo de Formalización de la Propiedad Informal (COFOPRI) solo daba títulos de propiedad a quienes deforestaran y se asentaran en la zona, el Estado mismo promovió por muchos años la degradación de la Amazonía. Hoy el Ministerio del Ambiente ha presionado para que esto deje de ocurrir y sin embargo se sigue deforestando. Antonio Brack apoyó el ingreso de palma aceitera e insumos para los agro combustibles, dijo que solo se iba plantar en zonas donde no exista bosque primario y sirva para reforestar. Esto no ha sucedido, tanto así que existen numerosas empresas con millonarias infracciones y multas que no pagan por estos delitos ambientales.
Podemos no ir al tema exclusivamente punitivo y promover otro tipo de mirada hacia la Amazonia, reconociendo derechos, impulsando la agro forestería indígena, reforestar desde una mirada ecológica pensando en bosques biodiversos y no cultivos de madera muertos. Tenemos que promover plantaciones que no tengan agrotóxicos, plantear el eco turismo entre otras alternativas posibles y que incluyen a la mayoría de la población respetando sus formas de vida, salud y ecosistemas.
-Para terminar, ¿cuáles serían las medidas urgentes en medio de la crisis sanitaria que se priorizaría en la Amazonía?
Tenemos que modificar, completamente, el sistema de salud, asegurar la cadena de alimentación a los pueblos indígenas. Hay zonas enormes del país donde las comunidades no pueden acceder al agua de sus ríos porque están contaminados y no tienen acceso al saneamiento (agua o desagüe entubados). Entonces, el Estado tiene que intervenir de forma directa y rápida durante lo que falte de esta pandemia, porque ya ha pasado un año y aún no lo hace de manera efectiva.
Es importante reconocer los territorios de estos pueblos, incluso en este momento de pandemia, porque, como ya se ha mencionado, hay sectores ilegales poderosos y hasta armados que están perjudicando y en Emergencia sanitaria es más complicado proteger los territorios y los pueblos indígenas. Las industrias extractivas legales, también, han traído enfermedades, no solo el Covid-19.
El Estado tiene que tomar medidas y las empresas tienen que acatarlas.
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Lee la publicación original, publicada en la web del MOCICC, aquí.