San Martín: Declaran Patrimonio Cultural a saberes del tejido de cintura de los cintos chumbi y watu

La declaratoria reconoce y pone en valor a la originalidad, estética y ritualidad que involucra la memoria histórica que preserva el conocimiento ancestral para elaborar el ‘chumbi’ (faja) y ‘watu’ (pretina), textiles que son elaborados, principalmente, por las mujeres por el pueblo Kichwa. La solicitud fue iniciativa de la asociación Warmi Awadora, quienes se encargaron de la elaboración del expediente junto a otras aliadas.

Foto: Ministerio de Cultura

El Ministerio de Cultura acordó declarar como Patrimonio Cultural de la Nación a los Conocimientos, saberes y técnicas de tejido de cintura de los cintos chumbi y watu del pueblo Kichwa de la región San Martin, por su original valor estético, simbólico y ritual; y por la preservación, transmisión y salvaguardia de las tecnologías tradicionales que esta práctica involucra, todo lo cual forma parte de la memoria histórica y la identidad cultural de este pueblo originario.

En su repertorio textil, cobran especial relevancia los cintos tejidos con labores (término que los portadores usan para referirse a los diseños), los que son denominados chumbi (faja) y watu (pretina).

Los chumbi pueden ser llañu chumbi o chumbi delgado, también de dos metros de largo, pero de menos de un centímetro de ancho. Estos últimos son usados por los varones, quienes los amarran a la cintura para cargar objetos ligeros como botellas con líquido, talegas pequeñas o cigarros de tabaco.

En lo que refiere al watu o pretina, esta puede tener de cuatro a seis centímetros de ancho y de tres a seis metros de largo, dependiendo de lo que se quiera cargar y del gusto de la persona que lo va a usar. Esta pretina se sujeta a la cabeza para cargar y transportar objetos pesados, como racimos de plátano, leña, mazos de sal, canastos con productos de la chacra y/o del monte, galones de agua, entre otros. También, las pretinas se usan en labores de construcción, pues permiten cargar las hojas y palos de madera.

Hasta hace algunas décadas, estos tejidos se realizaban con el algodón que ellas mismas sembraban. Hoy en día, quedan algunas familias que siembran algodón en sus chacras, siendo destinado para el tejido. En contraparte, la mayoría emplean hilos de algodón de origen industrial que compran en el mercado en los distritos de Lamas o Tarapoto, pues son más atractivos por su variedad de colores.

 

Principalmente, son las mujeres las que tejen, aunque hay algunos hombres que también realizan esta actividad, sobre todo para la confección de telares grandes. En este sentido, la transmisión de conocimientos recae principalmente en las mujeres, quienes aprenden a través de la imitación (yachapayay). De esta manera, las niñas pequeñas observan a sus madres, hermanas mayores, abuelas o tías, mientras tejen.

Se evidencia la importante presencia de los cintos tejidos por las mujeres Kichwa de San Martín en la vida cotidiana de sus comunidades, tanto a nivel doméstico, como cultural, ya que estas piezas textiles les permiten representar simbólicamente su imaginario y entorno. Las personas de mayor edad amarran las fajas o chumbi, a la altura del ombligo para darse fuerza; al igual que usan las pretinas en la cabeza para cargar y transportar diferentes objetos.

En las generaciones más jóvenes, los cintos se emplean en la indumentaria, como se ven en el caso de los varones, quienes usan los chumbi como cinturones para sujetar sus pantalones. Sin embargo, el aprendizaje y práctica del tejido Kichwa ha disminuido por los cambios en el estilo de vida de las generaciones más jóvenes y de sus prioridades. En tal sentido, hay algunas labores o diseños que pueden perderse.

En vista a ello, la comunidad de portadores encuentra de sumo interés la preservación de sus saberes para que sean legados a las nuevas generaciones.

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