Compartir reconociendo sus raíces: Pueblos Murui, Kichwa y Bora participan del II Congreso de la Mujer

La ciudad de El Estrecho, en Putumayo, albergó por segundo año consecutivo a más de 50 lideresas de 18 comunidades indígenas de la región Loreto. Un espacio en el que pudieron plantear a las autoridades locales presentes sus propuestas sobre las dificultades que les impiden alcanzar el Buen Vivir en sus comunidades.

Las participantes llegaron desde los distritos de Rosa Panduro y Putumayo para participar en el II Congreso de la Mujer. Foto: Parroquia San Antonio de Padua.

Por: CAAAP / Bea Prusinowska (Vic. San José del Amazonas)

17:30 | 01 de febrero de 2023.- Un espacio para reconocer sus raíces, recordar a sus ancestros y autoidentificarse para elevar sus voces conociendo sus derechos. El II Congreso de la Mujer, realizado el 28 y 29 de enero en la ciudad de El Estrecho, en el distrito y provincia de Putumayo (Loreto), reunió a 59 lideresas de los pueblos Murui, Kichwa y Bora, representantes de 18 comunidades indígenas de la cuenca del Putumayo. Mirándose a los ojos, compartieron sus experiencias para empezar a asumir su participación como autoridades comunales.

Un año atrás se desarrolló el primer congreso que marcó un comienzo a este proceso donde las participantes buscan impulsar un cambio en sus comunidades para alcanzar el Buen Vivir, así como contribuir en el cuidado de la Casa Común. Continuando con este camino, ellas se volvieron a encontrar, convocadas, nuevamente, por la Parroquia San Antonio de Padua, del Vicariato Apostólico de San José del Amazonas, y con el acompañamiento del Centro Amazónico de Antropología y Aplicación Práctica (CAAAP).

«Estos encuentros nos sirven para mejorar la calidad de vida en la familia, después en la comunidad, también fortaleciéndolas como mujer, como madre, esposa y lideresa», explicó Jandira Gutiérrez Rengifo, miembro del equipo coordinador de la parroquia. El primer congreso les sirvió por eso se organizó el segundo. Algunas dejaron de vender el alcohol en sus comunidades, porque se dieron cuenta que hacía mucho daño, como en caso de la señora Rocío Sosa Gutiérrez de la comunidad de San Francisco.

«El objetivo de la las organizadoras de este congreso fue crear un espacio de reflexión, valoración y escucha en las mujeres, por años marginadas en espacios públicos y sin oportunidades de aprendizaje», indicó Bea Prusinowska, misionera laica, natural de Polonia, del Vicariato de San José del Amazonas. «Hay varios retos para tercer congreso: abrir el espacio a otras comunidades, rejuvenecer el grupo y seguir fortaleciendo su liderazgo de mujer».

Acompañaron el encuentro mujeres de varias instituciones claves del Estrecho, sin embargo, no hubo presencia del Municipio Provincial del Putumayo, aunque confirmaron su presencia.

Ser lideresa en comunidad

Durante este espacio, las lideresas también contaron sus procesos de autoidentificación y la importancia de reconocerse para hacer valer sus derechos. “No me había identificado antes. Mirando mis raíces, mi cultura, me identifiqué ante mi madre. Soy Murui (…) Pero cuántas hermanas de diferentes culturas no lo saben (…) Estamos perdiendo nuestra cultura. Enseñen a sus hijos y a sus nietos la lengua. No se avergüencen”, sostuvo Olga María Alvarez Flores, representante de la Federación de Comunidades Nativas Fronterizas del Putumayo (FECONAFROPU).

Foto: Parroquia San Antonio de Padua

Otro punto abordado por las participantes del congreso fueron las principales problemáticas y dificultades que enfrentan para asumir sus liderazgos en sus comunidades. “Donde hay una mujer, hay un varón, donde hay un varón hay una mujer. Ambos juntos debemos trabajar en armonía, dejando el machismo de lado. Tenemos ahora igualdad de género. Las mujeres tenemos la misma capacidad de asumir cargos”, indicó una de las participantes.

El evento se terminó en la maloca de Mairdicai, una comunidad cercana de El Estrecho, donde ya en acompañamiento de los comuneros, varones, amigas y amigos danzaron y compartieron la comida tradicional de la zona: illico, casabe, fare y cahuana. Allí, las mujeres hablaron de la importancia de su identidad cultural y se expresaron en sus lenguas, las cuales, lastimosamente, se están perdiendo en algunas comunidades.

Por su parte, el cacique de Mairidicai felicitó a las participantes del Congreso, animándolas a tomar cargos en la comunidad y ser más comprometidas con su gente.

Tejiendo puentes

Además de reconocerse y compartir sus experiencias, las mujeres, provenientes de los distritos de Rosa Panduro y Putumayo, lograron tejer puentes con autoridades locales del Estado, tales como la Unidad de Gestión Educativa Local (UGEL), el centro de salud y el Centro de Emergencia Mujer (CEM). “Ellos han venido a aprender de nosotros, y a ayudarnos a despertar nuestra mente, de cómo debemos vivir en nuestras comunidades como autoridades y comuneras, como podemos dialogar. Eso nos están enseñando”, expresó otra de las participantes.

Luego de analizar en grupos cada una de las brechas que se deben atender por las autoridades presentes, las lideresas propusieron, en el sector educativo, que se supervise la mejora de la infraestructura de las instituciones educativas y se fortalezca la supervisión a los docentes, a fin de que estos cumplan con sus horarios y respeten las normas de las comunidades. En salud física, se solicitó mayor personal médico y enfermeras; y en el área de salud mental, realizar capacitaciones y sensibilización entorno a la violencia, en coordinación con el CEM.

Las demandas respecto al CEM fueron el fortalecimiento del equipo para la atención integral de las personas víctimas de violencia. Asimismo, tener un rol más activo en la prevención con la ejecución de actividades de prevención en las comunidades indígenas de la zona.

Foto: Parroquia San Antonio de Padua.

Para la coordinadora del proyecto y representante del CAAAP, Andrea Bernal, este encuentro es importante porque permite compartir experiencias, saberes y estrategias para seguir fortaleciendo a la mujer indígena e ir generando una red de apoyo, ante las falencias de atención que hay por parte del Estado y otras problemáticas estructurales. “Se ha evidenciado como cada una de las participantes fortalece su vocería y liderazgo. Se espera que en el tercer encuentro puedan participar más mujeres de comunidades del Alto Putumayo, para así seguir potenciando la participación de jóvenes”.

En el II Congreso de la Mujer participaron también Elizabeth Cortez Mananita, del Centro de Emergencia Mujer del Estrecho; Inés Zavala Cabrera, psicóloga del Centro de Salud del Estrecho, Dina García Hernández, en representación de la Policía; Helen de los Ángeles Romero Rengifo, de la UGEL Putumayo y Madeleine M. Ramos Vargas, del Programa País.

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