La sentencia del Tirbunal Constitucional es favorable a los derechos del Asentamiento Humano Iván Vásquez y 21 de Septiembre, en el distrito de Punchana, en la Amazonía peruana. El caso es acompañado pastoralmente por el Vicariato de Iquitos.
Por: Daniela Andrade / comunicaciones
Don Tito Macuyama llegó a Iquitos con su familia, desde una comunidad de la ribera del río. Se han ubicado en el Asentamiento Humano Iván Vásquez y 21 de Septiembre, en el distrito de Punchana. Han venido buscando mejor acceso a la educación para sus hijos, hospitales cerca, y mayores posibilidades de trabajo.
Migración a la ciudad
Él con su familia, se han ubicado, al igual que muchísimas familias que migran de las comunidades rurales hacia las ciudades más grandes, a lugares donde no existen ni si quiera condiciones mínimas de vida. Así es como siguen creciendo las ciudades amazónicas, en medio de la informalidad y de autoridades que no piensan las ciudades, y peor aún la garantía de los derechos en estos espacios.
En este lugar a menudo se miran gallinazos buscando entre las oscuras y pestilentes aguas algún resto de carne podrida para alimentarse. Y es que, en este espacio, llegan los desechos del camal municipal. No solo esto, estas aguas que emiten un olor nauseabundo, aquí se confluyen las aguas residuales del hospital de Ess Salud, con todas sus raciones tóxicas, sin ningún control.
Por si esto fuera poco, también en esa misma agua, se vierten los desechos de la planta procesadora de Petro Perú. Todo esto, en un canal abierto, que cuando hace mucho sol, se levanta un vapor envenenado que entra por las ventanas de los vecinos. Ahí en estas mismas aguas y suelos, donde los niños corren y juegan, donde en épocas de vaciante, estas aguas, son absorbidas por la hierba para dejar canchas donde la gente practica deporte. En esta zona, como en muchísimos lugares de la Amazonía
Violación sistemática de derechos
Hace 7 años, cuando el actual obispo de Iquitos, Mons. Miguel Ángel Cadenas, era párroco de la parroquia La Inmaculada y junto con el también agustino p. Manolo Berjón, acompañaban pastoralmente de manera permanente este asentamiento humano, se encontraron lo que llaman una “zona de sacrificio” por la violación sistemática de derechos, por el daño ambiental en el que se vive, por las imágenes desoladoras de afectación a la dignidad humana y del ambiente.
Conversando con la población decidieron ser un puente para cambiar las condiciones de vida. El Sr. Tito Macuyama, también es uno de los dirigentes de este proceso. La organización barrial y la labor pastoral convocaron a instancias representativas en el marco legal, como el Instituto de Defensa Legal – IDL, junto con los abogados del Vicariato y emprendieron la demanda para exigir el acceso al agua potable, al saneamiento, al recojo de basura. Se han sumado la Mesa de Lucha contra la Pobreza de Loreto, especialistas y académicos, el aporte solidario de la iglesia alemana.
Sentencia a favor
En primera instancia se sentenció a favor, en segunda se perdió la demanda y por esto se llevó al Tribunal Constitucional – TC, donde en día pasados se ha sentenciado en favor de los asentamientos humanos.
Esta sentencia tiene muchos elementos trascendentales, y genere más esperanzas, el hecho de que se haya denominado “el estado inconstitucional de las cosas”, implica que se reconoce serias y graves violaciones a los derechos básicos en Loreto, donde en estadísticas, menos del 45% de la población accede a agua segura y de calidad. Y esta sentencia será un referente, un marco jurídico para la exigencia de estos derechos en toda la región Loreto. Ello, obliga a las instancias competentes a solucionar y responder esta realidad, por sobre otros intereses.
“Estamos orgullosos de que las instituciones de la Iglesia hayan acompañado esta demanda. Es un éxito del acompañamiento pastoral de la Iglesia, siempre para la dignidad de las personas”, menciona Mons. Miguel Ángel Cadenas, quien estuvo impulsando el proceso.
Dignidad en los barrios periféricos
Las ciudades amazónicas serían de las ciudades que crecen más rápido en América Latina, la Amazonía es periférica para sus estados. Los barrios periféricos de la Amazonía, están en un estado de total abandono. Zonas de sacrificio de la vida, de esas familias, que vienen en busca de mejores situaciones de vida.
Es también por esto que esta sentencia es trascendental, porque además le pide al estado que den respuestas organizadas a la situación, que, desde sus competencias, hagan un plan de respuesta a esta realidad, en un plazo determinado. Esto en algo obligará a planificar las ciudades. Esto no es solo relevante para Iquitos, en la gran Panamazonía, existen muchos casos como este. Ahora la tarea es dar seguimiento y veeduría permanente para exigir el cumplimiento.
Esta sentencia implica también un respiro de esperanza, es el sentido de que es posible y urgente organizarse para exigir derechos. Que no todo cae en un saco roto y se pierde. Vienen las buenas nuevas, para esperanzar a la gente, para regar semillas de que se consiguen logros.
“Esta sentencia ayuda a una concepción de la ciudad amazónica. El reino de Dios es el horizonte desde el cual actuamos, la situación era muy delicada, muy difícil, este horizonte nos permite ver más allá de lo que está pasando para idear condiciones de vida dignas para todos”, concluye el obispo de Iquitos.
En la actualidad, el Vicariato viene acompañando desde varias instancias, otra demanda que sería un hito en legislación peruana y panamazónica: la declaratoria del Río Marañón como sujeto de derechos.