Con ayuda de imágenes satelitales se evidenció que el número de dragas activas se incrementó en más de 50% respecto al año 2023. Son dos hectáreas de bosque destruidas por los mineros ilegales cerca de la comunidad nativa de Alvarenga, ubicada en el distrito de Alto Nanay, indica el monitorio.
Por: Radio La Voz de la Selva
16:00 | 19 de abril.- Los primeros casos de deforestación a causa de la minería ilegal en la cuenca del río Nanay de Iquitos fueron detectados en un monitoreo satelital llevado a cabo por la Asociación para la Conservación de la Cuenca Amazónica (ACCA), el cual se realiza con el apoyo de la Fundación para la Conservación y el Desarrollo Sostenible (FCDS Perú) en el marco del proyecto “Reduciendo el avance de la minería ilegal de oro en paisajes transfronterizos de Colombia, Perú y Brasil”.
El especialista en sistemas de información geográfica de ACCA, Sidney Novoa, explicó que tras analizar imágenes de alta resolución se ha detectado la pérdida inicial de 0.2 hectáreas de cobertura forestal muy cerca de la comunidad nativa Alvarenga, en el ámbito del Área de Conservación Regional Pintuyacu-Chambira, en la región Loreto.
«El primer caso de deforestación fue detectado el año pasado en el ámbito de la comunidad nativa Alvarenga. Este año se ha detectado la ampliación de la minería ilegal en bosques ribereños, en vegetación que está del lado del río Nanay, en un espacio donde operan mayormente las dragas», puntualizó.
Asimismo, el monitoreo satelital realizado entre enero y marzo, detectó cerca de 30 dragas activas operando de forma ilícita en la cuenca alta del río Nanay, lo que representa un incremento de más del 50% con respecto a los monitoreos realizados en el 2023.
«Es importante alertar porque no se ve una reducción de la presencia de dragas de la minería ilegal. Se requiere cambiar a otro tipo de acciones, otro tipo de estrategia. (…) Lo que se requiere en el río Nanay es un tratamiento especial», precisó Novoa.
En esa línea, el especialista técnico de la iniciativa Unidos por los Bosques de la FCDS Perú, Martín Arana, señaló que este reporte evidencia que la minería ilegal en el río Nanay ha empezado a expandirse hacia las márgenes del río comprometiendo áreas de bosques inundables y posiblemente terrazas bajas.
«Esta situación resulta doblemente preocupante pues, por un lado, muestra que las acciones para erradicar la minería ilegal que hace poco se realizaban en el cauce del río no han sido suficientes. Por otro lado, la expansión de la minería en los bosques aledaños implica no solo la contaminación y destrucción de los cuerpos de agua y el sistema hídrico, sino también la deforestación, contaminación y destrucción de los ecosistemas terrestres», detalló.
Consultada al respecto, la directora regional de Energía y Minas del Gobierno Regional de Loreto, Melissa Sotelo, indicó que coordinará con la Gerencia Regional del Ambiente y la Gerencia Regional Forestal y de Fauna Silvestre para exponer esta información en la próxima reunión del Grupo Técnico de Lucha contra la Minería Ilegal, a fin de tomar acciones multisectoriales para evitar mayor pérdida de bosque.
Por su parte, el vocero del Comité de Defensa del Agua, José Manuyama, consideró estos primeros casos de deforestación como «devastadores» para el futuro de Loreto, por lo que pidió a las autoridades priorizar sus acciones en la cuenca del río Nanay, el cual abastece de agua a medio millón de habitantes de Iquitos.
«Es la confirmación de lo que ya venimos diciendo, que está afectando nuestros bosques, está ocurriendo la misma historia que en Madre de Dios. (…) Si todo continúa con esta tendencia, el futuro de Loreto será devastador. Si no se detiene a los mineros en el Nanay ya no serán unas cuántas hectáreas, sino cientos de hectáreas», expresó.
Cabe precisar que esta información de análisis satelital fue recogida en el boletín RAMI n.° 36 elaborado por ACCA, que tiene como objetivo generar alertas sobre el avance de la minería ilegal en la Amazonía peruana. Esta iniciativa cuenta con el apoyo de la FCDS Perú, en el marco del proyecto “Reduciendo el avance de la minería ilegal de oro en paisajes transfronterizos de Colombia, Perú y Brasil”