El libro «Mujeres escribiendo historia: Testimonios de mujeres indígenas en Puerto Maldonado y Lima» recoge los relatos de migración de trece mujeres indígenas, el desafío para mantener viva sus raíces amazónicas y su esfuerzo por construir puentes hacia un futuro más inclusivo.
Por: Querida Amazonía / REPAM Perú
“Como mujeres indígenas estamos acá para hacer escuchar nuestras voces porque nuestra cultura vive y no queremos que la sociedad nos excluya. Luchamos, tal vez ya no por nosotras, pero por nuestros hijos y nietos, por un futuro mejor”. Son las palabras de Berta Solisonquegua, una de las autoras de Mujeres escribiendo historia: Testimonios de mujeres indígenas en Puerto Maldonado y Lima, libro que narra las vivencias y desafíos de trece mujeres que migraron a las ciudades.
Estas historias son una invitación a entender la migración no solo como un cambio geográfico, sino como una reafirmación de la identidad y la cultura en contextos que a menudo buscan borrar estas diferencias. Desde la discriminación en el trabajo hasta la dificultad para acceder a servicios básicos como la educación y la salud, las autoras del libro describen las barreras que enfrentan al adaptarse a un entorno que muchas veces invisibiliza sus derechos y saberes.
Durante la presentación de este libro, realizada en la Cámara de Comercio de Madre de Dios, en Puerto Maldonado, Berta Solisonquegua, del pueblo wachiperi, recordó que dejar su comunidad significó no solo la búsqueda de nuevas oportunidades, sino también el enfrentarse a una realidad urbana que ponía a prueba su identidad. “No somos diferentes, somos iguales y queremos salir adelante como todos, que las narraciones de los distintos pueblos y culturas sean escuchadas y entendidas”, mencionó.
Adaptación y resistencia cultural
El libro narra el proceso de resistencia y adaptación de mujeres de los pueblos harakbut, matsigenka, yine y shipibo-konibo. En sus relatos se entrelazan las historias de búsqueda de nuevas oportunidades, la transmisión de saberes ancestrales, así como el uso de la medicina tradicional amazónica y la memoria de sus pueblos. Sin embargo, al llegar a la ciudad también se enfrentan a retos en el ámbito de lo social y lo económico.
Maribel Carase, del pueblo harakbut, explicó cómo la migración expone a las mujeres indígenas a nuevas vulnerabilidades. «Cuando llegamos a la ciudad, perdemos derechos. Nos sentimos muy solas. Muchas veces hay que hacer malabares para sobrevivir, porque en nuestras comunidades podíamos ir al bosque, pero aquí no siempre tienes ni qué comer. Muchas hemos salido adelante con emprendimientos, pero también necesitamos apoyo», señaló.
El papel del Estado y la sociedad
Uno de los aspectos recurrentes en los testimonios es la necesidad de mayor acceso a recursos básicos y servicios públicos. Janeth Cairuna, del pueblo shipibo-konibo, subrayó la importancia de capacitar a las mujeres indígenas en temas como trámites documentarios. “Sin un DNI, muchas no pueden acceder a beneficios del Estado, como educación o salud. También es fundamental empoderar económicamente a las mujeres, porque sabemos hacer muchas cosas: artesanía, agricultura, pesca. Necesitamos oportunidades para seguir adelante”.
Janeth también destacó la importancia de fortalecer la autoestima de las mujeres indígenas: “Si no somos felices, no podemos dar felicidad a los demás. A pesar de la discriminación, hemos sacado adelante a nuestros hijos y padres. Es importante enseñar a nuestros hijos quiénes somos y de dónde venimos, para que ellos también se sientan fuertes y orgullosos”.