Autoría indígena: ¿Qué es Yamajám Tuna?

Créditos: Fermín Tiwi Paati. Jóvenes de la Escuela de Gobernanza Awajún (EGA) de Alto Naranjillo posando al lado de su Yamajám Tuna, 2023.

Por: Fermín Tiwi Paati1

Para una mayor comprensión del término Yamajám Tuna, el cual viene siendo utilizado por comunidades nativas de la cuenca del Alto Mayo, región de San Martín, principalmente en Alto Mayo, Alto Naranjillo, Shampuyacu, Huascayacu y Morroyacu, así como por organismos no gubernamentales (Conservación Internacional y sus socios), quisiera realizar un pequeño repaso por los momentos que dieron origen a esta denominación.

La Conservación Internacional viene trabajando aproximadamente once años con las comunidades nativas del Alto Mayo (desde 2013 hasta la fecha). El principal objetivo de esta institución es reducir la deforestación en la cuenca del Alto Mayo, promoviendo la conservación del bosque y la biodiversidad, ya que en los últimos quince años se ha ido incrementando la tala de bosques en esas zonas por el arrendamiento de las chacras comunales a los colonos a cambio de insignificantes centavos de dinero.

Para lograr estos objetivos, la Conservación Internacional ha priorizado contar con socios expertos afines al proyecto. En este sentido, tiene como su aliado principal al Proyecto Andino de Tecnologías Campesinas (PRATEC). Esta institución interviene mediante el proyecto denominado “Revaloración de las bases bioculturales de las comunidades awajún del Alto Mayo para el fortalecimiento de su autogobernanza”, focalizado en cinco comunidades nativas de la cuenca del Alto Mayo, como son: Alto Mayo, Alto Naranjillo, Shampuyacu, Huascayacu y Morroyacu, de la región San Martín. Como se dijo líneas arriba, estas comunidades enfrentan actualmente mayores desafíos en cuanto a sus territorios ancestrales y agrobiodiversidad, por lo que requieren de especial atención y urgente intervención para el fortalecimiento de sus autogobernanzas.

En la primera etapa de su proyecto de intervención, comprendido entre los meses de febrero a julio de 2021, PRATEC comenzó la formación de promotoras y promotores culturales en el conocimiento profundo de sus culturas, las técnicas de recopilación y registro de saberes ancestrales en su matriz de conocimientos. Esto les permitió desarrollar distintas herramientas, como la elaboración de calendarios comunales, la producción de cartillas sobre saberes ancestrales awajún e iniciativas bioculturales. Así también, la formación de promotoras y promotores tiene como objetivo que se conviertan en los principales enlaces de coordinación entre las comunidades nativas y PRATEC, para poder desarrollar actividades sin ninguna inconveniencia.

Las promotoras y promotores fueron:

Posteriormente, el proyecto de intervención se amplió e incorporó a tres comunidades nativas más: El Dorado, Cachiyacu y Yarau. Cada una de ellas contó con sus respectivas promotoras culturales, sin embargo, por múltiples factores ajenos al proyecto, no se concretizó el avance de algunas actividades de formación en gobernanza awajún.

Ya en el mes de agosto de 2021, PRATEC desarrolló la segunda etapa de su proyecto de intervención, enfocándose en cuatro ejes principales: 1) formación de docentes en biodiversidad y educación intercultural; 2) iniciativas bioculturales; 3) implementación de la Biblioteca Comunitaria, y 4) la Escuela de Gobernanza Awajún (EGA). Siendo así, mi persona fue contratada como especialista en el derecho de los pueblos indígenas y como formador en educación comunitaria para acompañar en la ejecución del cuarto eje del proyecto, bajo la dirección del profesor Grimaldo Rengifo Vásquez. Él, además de ser educador, maestro intelectual, investigador y escritor sobre epistemología pedagógica bosquesina en relación a la educación intercultural, es fundador del PRATEC, autor de numerosos ensayos y textos sobre la cultura andino-amazónica y exmiembro del Consejo Nacional de Educación. No desarrollaré tanto cómo se ejecutaron los cuatro ejes del proyecto en su segunda fase, sino, más bien, explicaré a qué estamos denominado Yamajám Tuna.

Hablar del Yamajám Tuna es hablar del tercer eje del proyecto de intervención, el cual refiere a la Biblioteca Comunitaria. Cuando uno habla de la “biblioteca” propiamente dicha, inmediatamente nos viene la idea de la biblioteca de la ciudad, llena de colecciones de libros de diferentes autores y materias, diversos tamaños, colores y volúmenes, almacenados en orden alfabético y por materias, en un ambiente adecuado, con luces apropiadas, ventiladores y enormes ventanas, adonde acuden, principalmente, lectores profesionales, especialistas e investigadores a recabar la información necesaria para sus estudios o consultas. Pero, aquí, el asunto es por qué se le denomina “Biblioteca Comunitaria” y en qué forma se implementó, teniendo en cuenta que, al ser la cultura awajún tradicionalmente oral y no escrita, adaptarla a una cultura distinta resultó un poco difícil.

Ahora bien, ¿en qué consiste o qué función tiene la Biblioteca Comunitaria en las comunidades nativas? Ahí está el detalle. El proyecto sostiene que la Biblioteca Comunitaria es un espacio donde se almacenan los saberes ancestrales awajún recopilados por las promotoras, los promotores culturales y los participantes de la EGA.  Estos son elaborados en cartillas de saberes ancestrales, libros y demás productos audiovisuales para el lecto-aprendizaje de los niños, jóvenes y adultos awajún que no conocen mucho de su propia cultura. Así, se preservan, revaloran, promueven e inculcan estas prácticas culturales, principalmente a los niños y jóvenes awajún del Alto Mayo, quienes, sumergidos por el predominio de las culturas locales, van perdiendo sus identidades étnicas y culturales.

De esta manera, las promotoras y promotores culturales gestionaron ante sus autoridades comunales la asignación de un pequeño espacio de tierras para la construcción de las bibliotecas comunitarias. Estos pedidos fueron aprobados ante la Asamblea General y cedidos mediante un acta de entrega. Ahora, las cinco comunidades en mención cuentan con sus bibliotecas comunitarias, adonde los miembros de la comunidad, niños, docentes y comuneros, con tranquilidad y autonomía, acceden para realizar sus actividades bioculturales, llámese cerámicas, tejidos, biojoyería, pinturas, entre otras.

Una vez terminadas dichas construcciones, fueron inauguradas por autoridades educativas (representantes de las UGEL de Rioja y de Moyobamba); posteriormente, entidades solidarias como la Red de Bibliotecas Rurales de Cajamarca, el Centro Amazónico de Antropología y Aplicación Práctica (CAAAP) y el Ministerio Descentralizado de Cultura de Moyobamba donaron libros a las bibliotecas comunitarias. Entre estos destacan textos literarios, de narración local, relatos, poemas y otros de conocimientos locales, los cuales enseñan las técnicas de sembrío de yuca, plátano o la crianza de aves menores y animales domésticos.

A pesar de estos logros importantes conseguidos, como lo son la construcción de bibliotecas comunitarias y la donación de libros, tenía muchas preocupaciones acerca de seguir empleando el término “Biblioteca Comunitaria”. Por coincidencia, mi yatsúg —según nos consideramos—, Aquiles Vásquez Gordón del pueblo shipibo, bibliotecólogo de profesión por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, quien actualmente trabaja como coordinador regional del CAAAP, en la sede de Pucallpa, me llamó, pues quería enviarme unos libros publicados recientemente por el CAAAP, desde la ciudad de Lima a Moyobamba. Aprovechando esa conversación, le comenté las labores que venía realizando desde PRATEC como especialista de la EGA y acerca de la Biblioteca Comunitaria. Me escuchó atentamente y, luego, me sugirió que, como estamos revitalizando nuestras lenguas originarias, sería mucho mejor dar denominaciones en la lengua awajún.

Muy obediente a la recomendación tan valiosa e interesante de mi hermano cultural, llevé una propuesta a los pamuk de las cinco comunidades con la denominación Yamajám Tuna, que significa ‘una nueva forma de tuna / catarata para el visionamiento, una nueva forma de adquirir conocimientos a través del lecto-aprendizaje’. Antiguamente, los awajún, para ser wáimaku, ‘visionarios’, tomaban el zumo de las plantas maestras, del tsaág, baikua o datém y, una vez en el estado de trance por los efectos de estas plantas, se recostaban al lado de la catarata para que los sonidos producidos por la caída del chorro de agua den el refrescamiento y sueño profundo para su visionamiento. Como actualmente no se siguen estas prácticas culturales, se pueden alcanzar otras formas de visiones y conocimientos con las lecturas que conjugan los conocimientos del indígena / apách y, así, convertirte en un wáimaku más completo y holístico.

Para complementar esta explicación del Yamajám Tuna, extraje la exposición de uno de los participantes más destacados de la Escuela de Gobernanza Awajún. Se trata de David Cahuaza Sejekam de la comunidad nativa Alto Naranjillo. David es un buen dibujante autodidacta; además, estuvo a cargo de la Biblioteca Comunitaria e hizo un dibujo sobre Yamajám Tuna. Aquí un extracto de su exposición:

Por qué le llamamos Yamajám Tuna. Poner ese nombre, Yamajám Tuna, no ha sido fácil para nosotros. Para hacer este dibujo, he consultado a varios sabios y salió mi inspiración. Antes, nuestros múun, para alcanzar la visión, tomaban ayahuasca y toé, que son productos naturales de la selva, tomaban para que sus hijos nazcan sanos, tranquilos y valientes. Ahora, en la actualidad, de todas las costumbres que tenían nuestros ancestros hemos olvidado varias cosas, hemos olvidado nuestras propias lenguas. Gracias al PRATEC, estamos rescatando nuestra cultura, nuestras lenguas, los trabajos que hacían nuestros múun. Estamos trabajando poco a poco, nos falta mucho, pero estoy seguro que más adelante iremos demostrando más cosas.

Fotos: FTP-EGA, 2022. Exposición de David Cahuaza Sejekam

Ahora voy a hablarles del dibujo. Lo que ven, la mujer, es netamente mujer awajún, originaria, que vive en el bosque. Aquí está haciendo los trabajos que las mujeres hacen, como la cerámica. La imagen que ven, el guacamayo, representa a la mujer, la belleza de las mujeres, sus maquillajes. En medio, lo que ven es la catarata, que en awajún llamamos tuna. En el otro lado del dibujo ven todos los animales que representan la visión de los varones. Hay una chocita y un tigre, una anaconda y un gallito de las rocas, hay plantas de toé, ayahuasca. Aquí descansaban. Ahí está su lanza y su tawás. Todas estas ideas plasmadas en el dibujo son de nuestros sabios. Primero, el hombre que quiere ser wáimaku tomaba la ayahuasca y el toé. Una vez tomado, descansaba en la choza. Este monte que ven es una zona muy serena, para adquirir la visión tranquilamente, porque los múun sabían comunicarse con el espíritu de los bosques. Cualquiera de estos animales que ven en el dibujo le daban visión. Algunos llevaban visión del tigre, del gallito de las rocas, estos animales antiguamente eran personas bien valientes; la persona que veía a la anaconda en su visión era difícil de matar. Con este propósito hemos puesto el nombre de Yamajám Tuna, porque los antiguos viejos tenían visión del bosque y, ahora, en la actualidad, nosotros no tenemos el bosque. Por eso, nosotros estamos rescatando nuevos conocimientos sobre la cultura, las nuevas visiones que vamos a recibir son en el Yamajám Tuna. Por eso hemos puesto ese nombre.

De esta manera, la propuesta Yamajám Tuna fue consensuada y aprobada por los cinco pamuk y los jóvenes participantes de la EGA. Así nace dicha denominación que actualmente vienen utilizando las comunidades nativas, así como la Conservación Internacional y sus socios para referirse a la Biblioteca Comunitaria.

Quiero aclarar una cosa muy importante, en especial para los lectores awajún. Sé que muchos de ellos me preguntarán qué diferencia hay entre yamajám tuna y yamájam tuna o tuna yamájam. Si uno dice yamájam tuna o tuna yamájam, hace alusión a una catarata nueva hecha artificialmente por el ser humano, mientras que, la expresión yamajám tuna alude a una nueva forma de catarata, un lugar parecido donde se adquirirán nuevos conocimientos y nuevas visiones.

Para culminar con las explicaciones del tema, de repente el lector está interesado en conocer más sobre qué otras funciones cumple el Yamajám Tuna. Pues, los jóvenes que se formaron en la Escuela de Gobernanza Awajún realizan actividades bioculturales. Ese recinto, además, se ha convertido en un espacio de diálogo, reflexión, aprendizaje y recreación para niños cuando los responsables de la Yamajám Tuna les leen lecturas o relatos awajún. Asimismo, los jóvenes, cuando quieren aprender un saber ancestral awajún, como la elaboración de cerámica o tejidos, invitan a los sabios o sabias y ellos enseñan cómo se hace, con qué material y por cuánto tiempo.

Además, las Yamajám Tuna están implementadas con sillas, mesas, pizarras, estantes, escritorios, televisores, laptops, proyectores, baños propios, luz, también con libros adquiridos a través de donaciones. Por último, lo más importante a resaltar, es la publicación de libros denominados Awajuni Dekáti – Saberes ancestrales awajún, productos de las recopilaciones de los saberes ancestrales hechas por las promotoras y promotores culturales, así como por jóvenes de la Escuela de Gobernanza Awajún. Este material sirve de base a los niños, adolescentes y jóvenes para afirmar sus identidades étnicas y culturales.


[1] Intelectual awajún. Bachiller en Derecho y Ciencia Política por la Universidad San Martín de Porres (USMP), con estudios de maestría concluidos en Derechos Humanos en la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP), especialista en la Escuela de Gobernanza Awajún (EGA) y formador en la Educación Comunitaria. Traductor e intérprete oficial de la lengua originaria awajún en el Poder Judicial y en los procesos de Consulta Previa, además de especialista en los derechos de los pueblos indígenas (sistema de administración de justicia awajún, derecho lingüístico y otros). Músico autodidacta, director, autor, compositor, letra y música, y primera guitarra de la agrupación musical awajún Internacional IKAMIA. Actualmente, dirige a la Red de Líderes Bíkut de la cuenca del Alto Mayo, región San Martín.

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Soy Danitza Cenepo Tapullima, lideresa kichwa de la Comunidad Nativa Ishkay Urmanayuk Tununtunumba, ubicada en la región San Martín, y parte de la red de mujeres indígenas. Como base de CODEPISAM (Coordinadora de Desarrollo y Defensa de los Pueblos Indígenas de la región San Martín), trabajamos por la defensa de los derechos de los pueblos Kichwa, Shawi y Awajún, que integran nuestras ocho federaciones y 128 comunidades nativas. 

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