Encuentro “Yachay Warmy Kuna”: Mujeres Indígenas Sembrando Autonomía

Desde la comunidad de Llucanayaku, mujeres de distintos pueblos amazónicos reafirmaron que su trabajo económico, cultural y territorial es también una forma de resistencia y vida frente a las violencias y el abandono del Estado.

Foto: CAAAP.

Por: Oficina de San Martín del CAAAP

Del 10 al 12 de octubre, en la comunidad de Llucanayaku (Chazuta), se realizó el encuentro Yachay Warmy Kuna, que reunió a mujeres indígenas de los pueblos Shipibo, Kakataibo, Quechua, Asháninka, Yanesha, Awajún y Kichwa, anfitrionas del evento, junto a representantes de otras comunidades amazónicas. Durante tres días, compartieron saberes y estrategias sobre economía indígena, soberanía alimentaria, preservación cultural y defensa del territorio, reafirmando que el trabajo económico de las mujeres indígenas es también un acto de resistencia y de vida.

La primera mesa abordó el fortalecimiento de los emprendimientos liderados por mujeres, especialmente en la producción agrícola y artesanal. Las participantes compartieron experiencias sobre el cultivo de hortalizas, el bordado y la organización comunitaria, destacando la importancia de la autosuficiencia alimentaria y la capacitación como fuentes de autonomía económica. Coincidieron en que la colaboración y la asociatividad fortalecen la economía local sin depender de agentes externos. La producción, señalaron, no solo genera ingresos, sino también dignidad, liderazgo y unión comunitaria.

La segunda mesa reflexionó sobre cómo las mujeres transforman el territorio a partir de sus saberes ancestrales, sus emprendimientos y su autonomía económica. Lideresas dedicadas a la chocolatería, la agricultura, las plantas medicinales y los textiles coincidieron en que la defensa cultural y territorial está directamente ligada al fortalecimiento económico. Se resaltó la recuperación de semillas y conocimientos tradicionales como base para enfrentar el cambio climático y la pérdida de identidad. Además, se abordó con valentía la violencia de género que aún afecta a muchas mujeres indígenas, reafirmando la necesidad de denunciar. Como expresó una participante: “Callar es ser cómplice. Hay que denunciar toda forma de violencia.”

La tercera mesa reunió a mujeres de las Guardias Indígenas de los pueblos Shipibo y Kakataibo que enfrentan la minería ilegal, la tala y la contaminación de sus ríos. Denunciaron el abandono del Estado, que dificulta la defensa de sus territorios, y subrayaron la importancia de la organización y la unidad entre pueblos. “Nos están matando, el Estado nos está matando. La unión hace la fuerza,” señaló una lideresa, evidenciando el riesgo que asumen al proteger la tierra, el agua y el futuro de sus comunidades.

La cuarta mesa reunió a lideresas y especialistas que analizaron los desafíos estructurales de las economías indígenas, enfatizando la transparencia, la articulación intergeneracional y la continuidad de los emprendimientos. Se planteó la necesidad de que los equipos técnicos provengan de las mismas comunidades y que el buen vivir se sostenga en la confianza y el fortalecimiento mutuo. En palabras de una panelista: “Nada hacemos solas. Todo hay que hablar, compartir. Ese es el sumak kawsay: el buen vivir.”

Foto: CAAAP.

El encuentro concluyó con un taller práctico donde se compartieron saberes sobre bordado, manejo de semillas y producción artesanal. Este intercambio fortaleció los lazos de solidaridad y aprendizaje entre las participantes, reafirmando la importancia de preservar y transmitir los conocimientos ancestrales a las nuevas generaciones.

Este espacio fue organizado por la  Federación de Pueblos Indígenas Kechwa Chazuta Amazonía (FEPIKECHA) y contó con la participación de representantes de la Coordinadora de Desarrollo y Defensa de los Pueblos Indígenas de la Región San Martín (CODEPISAM), la Federación de Pueblos Indígenas Kechwas del Bajo Huallaga de la Región San Martín (FEPIKBHSAM), Federación de Comunidades Nativas del Ucayali y Afluentes (FECONAU), la Guardia Shipiba, el pueblo Kakataibo y la Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana (AIDESEP).

La experiencia en Llucanayaku dejó claro que la autonomía económica de las mujeres indígenas es inseparable de la defensa de su territorio y su identidad. Las participantes coincidieron en que un futuro sostenible depende del fortalecimiento organizativo, la recuperación de los saberes ancestrales y la participación activa de más mujeres y jóvenes en la vida comunitaria. En este encuentro, las mujeres demostraron que no solo generan ingresos: generan esperanza, resistencia y vida para sus pueblos y para toda la Amazonía.

 

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