‘Laudato Si’ como guía para liderazgos en política y gestión ambiental

Por Pier Paolo Marzo Rodríguez *

 Imagen: Internet

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De hecho, ya se inició la campaña electoral para definir a los gobernantes del Perú entre el 28 de julio del 2016 y el 27 de julio del 2021, en vísperas del Bicentenario de nuestra declaración de independencia política nacional. Y como nunca, entre los muchos temas de gobierno que deberán ser materia de campaña, se encuentra la política ambiental para las personas que habitamos la parte de la Tierra que corresponde a Perú. Para que no quede duda al respecto, el Jurado Nacional de Elecciones ha advertido que los planes de gobierno, que obligatoriamente toda agrupación política que inscriba candidatos debe presentar, deben tener un acápite de gestión ambiental y recursos naturales.

Y no podía ser de otro modo ante las inequívocas señas de que la relación del ser humano con la Naturaleza requiere de una gestión, más aún en un país con una altísima biodiversidad y, al mismo tiempo, una gran vulnerabilidad al cambio climático. Esto es percibido tanto a los más altos niveles de decisión –la COP 20 en Lima ha sido una clara señal en ese nivel– como al del sentido común popular, que viene produciendo la aparición de grupos ambientalistas (en buena parte de jóvenes) o que viene insertando demandas y temáticas ambientales en antiguas organizaciones agrarias, campesinas o indígenas, a lo largo y ancho del país.

Ante estos signos, quienes aspiren al gobierno, ya sea en el Ejecutivo o el Legislativo, pueden encontrar en el mensaje del Papa -condensado en la Encíclica ‘Laudato Si’ sobre el cuidado de la Casa Común- claros derroteros y criterios para la acción y para sus propuestas de gobierno. Conviene recordar que dicha carta es a los miembros de la Iglesia y también al mundo, pues tiene una vocación universal en la medida en que los asuntos de los que se ocupa atañen a todos los que vivimos en la Tierra, nuestra casa común. Por lo que cualquiera de los candidatos podrá encontrar en ella elementos para precisar sus prioridades de política y gestión ambiental.

Uno de ellos es la centralidad en los pobres de dichas políticas y gestiones. No sólo por un imperativo ético general para toda política, sino por la mayor vulnerabilidad de los/as ciudadanos/as pobres del Perú ante el cambio climático. Y porque, paradójicamente, son ellos y ellas quiénes nos garantizan la seguridad alimentaria a todos y todas.

Otro elemento es la consideración de un vínculo espiritual de las personas con la Tierra y sus recursos. El Papa nos recuerda el trinomio Dios-ser humano-Tierra, que se halla en el Génesis y que es bellamente recordado por San Francisco al orar y cantar al hermano Sol, a la hermana Luna y a otros elementos; pero que también se les recuerda a los decisores públicos cada vez que les estalla en la cara un conflicto socioambiental, por no atender las relaciones de las personas con la naturaleza que las rodea, que van más allá del aprovechamiento mercantil.

Un tercer elemento es el llamado a la acción que pasa por la transformación de nuestras actitudes y relaciones. De la carta papal los aspirantes a gobernar pueden recoger una advertencia que a la vez es oportunidad: los cambios necesarios son posibles, pero exigen conversiones actitudinales. Y estas, para ser masivas, necesitan de liderazgos políticos. En efecto, un cambio de actitud a nivel nacional ha de ser guiado y orientado por líderes que lo ejemplifiquen, o al menos lo “mensajeen”. Y quien aspire a representante o a presidente está aspirando, a su gusto o pesar, a ser un líder. Y el estado del mundo ya no admite como opción el no hacer nada. El cambio, en cuanto a cómo tratamos a nuestra casa común y cómo vivimos en ella, nos pone a todos y todas en posición de discutir cómo han de gestionarse los cambios necesarios.

Un cántico de alabanza, o al menos una actitud de respeto, es una buena manera de expresar el tipo de liderazgo que hoy necesitamos en la gestión de nuestra relación con la Naturaleza. Y ‘Laudato Si’ es un excelente soporte para, al margen de las confesiones, estilos o proyectos políticos, encontrar un camino hacia ese liderazgo.

* Defensoría del Pueblo – Huánuco

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Fuente: La República

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