A propósito de la selección del Plan Selva como eje de la propuesta curatorial que representará al Perú en la Bienal de Venecia 2016, presentamos a continuación el trabajo de dos organizaciones que han venido realizando importantes proyectos en la región natural más grande del país: ConstruyeIdentidad, que plantea, a través del intercambio entre estudiantes, profesionales y comunidad, la construcción de proyectos innovadores que empleen materiales y técnicas tradicionales; y la asociación Semillas, que plantea el diseño de espacios educativos como áreas de comunicación entre comunidades indígenas, propiciando el desarrollo de las mismas a través de procesos participativos. Sigue leyendo después del salto.
CONSTRUYEIDENTIDAD en Sondoveni: Revalorando las técnicas constructivas tradicionales
ConstruyeIdentidad es un proyecto que surge ante un panorama de falta de interés por lo propio y homogeneización de estilo en la arquitectura peruana, planteando una revalorización de los materiales locales a través de una intervención participativa e interdisciplinaria que promueva la investigación, difusión e innovación de los mismos. Para lograrlo, se parte de la premisa de entender que los actores no son solo los usuarios de este tipo de construcciones, sino también los profesionales ligados a la construcción, académicos, estudiantes y personas en general.
En el periodo 2013-2014, ConstruyeIdentidad decidió explorar la arquitectura de la selva central. Trabajaron junto a la comunidad Asháninka de Alto Sondoveni, en Satipo, Junín, en torno a la madera y la hoja de palma como materiales de construcción. Se realizaron 3 edificaciones (centro comunal, albergue y colegio secundaria) donde se propusieron nuevas alternativas para la construcción, vinculado habilidades locales y materiales disponibles en el mejoramiento de la tecnología de construcción con madera.
Se llega a Sondoveni a través de la ONG Creciendo, la cual ha estado trabajando durante años con las comunidades del distrito de Río Negro en torno al tema de educación. El equipo realiza múltiples viajes de investigación, para obtener toda la información posible del lugar, entender sus sistemas constructivos, cultura y demás características que deberemos traducir en propuestas coherentes con el lugar. Además, el vínculo con la comunidad debe establecerse progresivamente, a modo de ganar su confianza y poder involucrarlos cada vez más en los procesos participativos de diseño y construcción.
Primera construcción: Centro Comunal
La primera intervención en la comunidad fue de pequeña escala, aunque abordaría un punto importante en la organización de la población: las reuniones de comuneros. La idea principal del diseño consistió en generar un espacio que se abriera hacia las distintas fachadas, que permitiera una flexibilidad de uso y a la vez lograra albergar a todas las familias que forman parte de estas reuniones. Se construyó una estructura simple en base a seis columnas y tijerales, que le dieran amplitud al espacio. El uso de perfiles metálicos para la estructura se convirtió en una innovación en el lugar, ya que sólo se trabajaba uniones entre piezas de madera. Fue importante el uso de materiales locales como la hoja de palma para parte del techado y los paneles que servirían de mobiliario.
Segunda construcción: Albergue
La segunda construcción participativa en Sondoveni tuvo como objetivo la ampliación del albergue existente y la implementación de un módulo de baños secos que incluían un par de duchas. Como premisa principal del diseño se propuso lograr un proyecto que fuera permeable con su entorno, facilitando y fomentando su uso, y que a la vez generara atracción para los pobladores. Era importante lograr una conexión entre los nuevos espacios y el antiguo albergue, por lo que se dispuso un pasaje entre ambas construcciones que remataba en los baños. Este nuevo albergue se planteó no sólo como un espacio para hospedarse, sino que tuviera la capacidad de albergar distintas reuniones o eventos, generando flexibilidad en los usos.
El albergue se planteó como un catálogo de materiales para la comunidad. Esto se logró gracias al conocimiento de las mujeres asháninka, quienes aportaron al diseño de la fachada y al desarrollo de distintas texturas producto del uso de materiales locales como la caña, la hoja de palma o la sachabasca. Por su parte los comuneros desarrollaron casi en su totalidad el techo, usando las técnicas tradicionales de techado y tejido.
Tercera construcción: Colegio – Atsipatari
Atsipatari (juntos en ashaninka) fue el proyecto final que se desarrolló en la comunidad de Alto Sondovenien conjunto con un grupo de estudiantes de la Universidad de Sttutgart y el apoyo de la ONG educativa Creciendo. La construcción abarcaba dos aulas de secundaria, una biblioteca, un comedor, una cocina y un grupo de baños secos que contaban con duchas y lavaderos. El programa se organizó en dos pabellones paralelos ligeramente desfasados que se conectaban a través de dos puentes que conformaban un patio central.
Estos pabellones se construyeron parcialmente, proyectados para añadir en un futuro dos aulas a cada extremo. Debido a las circunstancias del tiempo de construcción, se decidió optar por un sistema constructivo modular basado en pórticos prefabricados de madera. El uso de este sistema constructivo fue innovador para la comunidad, ya que representa una nueva forma de utilizar los materiales. La estructura del techo se basó en la construcción tradicional nativa, para que pudiera ser realizada por los pobladores en las ampliaciones futuras. Adicional a la madera, se incluyeron en el diseño otros materiales locales como la corteza de un árbol hueco llamado camona, la caña verde, y las hojas de distintos tipos de palma para el cerramiento de vanos y paneles en las fachadas.
El resultado de estos años de trabajo ha sido, por un lado, el intercambio de información entre los pobladores de las comunidades y los profesionales y estudiantes, procurando fortalecer una relación que había quedado descuidada. Además, la puesta en valor de técnicas constructivas y materiales que escapan de lo cotidiano en las escuelas y universidades de arquitectura, y cuya aplicación en estas construcciones han no solo han despertado el interés de los pobladores, si no que reafirman su identidad, regresando nuevamente a su arquitectura popular.
SEMILLAS: Equipamientos educativos como espacios de encuentro comunitario
Fundada en el año 2014, la asociación Semillas para el Desarrollo Sostenible se centra en el desarrollo de espacios educativos que trasciendan de su función pedagógica y representen un espacio de congregación entre las comunidades que conforman la selva alta peruana. A través de un enfoque multidisciplinario, esta organización no solo plantea procesos participativos que resultan en proyectos arquitectónicos, sino que genera planes de acción para el seguimiento de la construcción y el desarrollo comunitario.
Escuela en Chuquibambilla – San Martín de Pangoa, Satipo, Junín
El diseño y la construcción de un colegio en Chuquibambilla fue el primer proyecto que reunió a los arquitectos Marta Maccaglia, Paulo Afonso, Ignacio Bosch y Borja Bosch en el contexto de la selva peruana. Más allá de las evidentes carencias de infraestructura vial y falta de servicios básicos, el equipo se enfrentó a una fuerte problemática social producto de los conflictos entre las comunidades y la desatención histórica del Estado en la zona. De esta manera, el diseño se planteó como un espacio para la comunicación y desarrollo de los habitantes a través de un proceso participativo que frenó la desconfianza inicial de los lugareños con la propuesta.
La implantación se desarrolla en tres módulos dispuestos en torno de un patio central, epicentro del proyecto. El programa incluye, además de las aulas escolares, una zona de administración y de profesores, un aula multifuncional (biblioteca, talleres, etc.), una sala de cómputo y amplios espacios cubiertos y abiertos, aptos para momentos didácticos y de recreo. En el programa también se incluye una residencia para estudiantes que cierra el patio junto con los módulos escolares.
Aula Multifuncional Mazaronkiari – Pangoa, Satipo, Junín
En este proyecto, los arquitectos Marta Maccaglia y Paulo Afonso asumieron el reto de sobreponerse creativamente a una situación inesperada: la obra, pensada inicialmente para 30 alumnos, tuvo un aumento de hasta 100 usuarios al momento de su construcción. La propuesta se basó en una arquitectura versátil que aprovechara los materiales locales en combinación con sistemas constructivos modernos,logrando un espacio con armonía con el entorno y las necesidades de la comunidad nativa Nomatsiguenga.
El espacio presenta una flexibilidad funcional que permite sea usado como aula, auditorio, comedor y área de eventos como fiestas o asambleas comunitarias. Las paredes laterales están formadas por una alternancia de paneles apersianados y paneles móviles de múltiples colores. Estos últimos, con un movimiento de 90°, se convierten en mesas, permitiendo crear diversos entornos de trabajo en un mismo espacio en tiempos diferentes.
Escuela Secundaria Santa Elena – Pangoa, Satipo, Junín
Este proyecto empieza con un trabajo de investigación en las comunidades implicadas, donde se habla de fortalezas y debilidades, de sueños e ilusiones. La educación es por excelencia, el instrumento para el crecimiento colectivo y en la comunidad de Santa Elena los pobladores expresaron la voluntad dereconstruir su futuro y superar el pasado iniciando con su escuela.
El volumen está formado por dos pisos. En la parte central, un patio cubierto de doble altura divide el colegio en dos secciones, con accesos independientes en los extremos y en el centro. En la parte norte del edificio se encuentran las aulas escolares y los servicios higiénicos del alumnado. El lado sur alberga el hall de ingreso, los laboratorios, la biblioteca/multifuncional y las aulas administrativas. El sistema apersianado en las fachadas este y oeste favorece una iluminación indirecta, mantiene el espacio ventilado y protege los pasillos de la lluvia.
El trabajo de estas organizaciones no sólo destaca por la calidad de su producción arquitectónica, sino por el rol que desempeñan en el desarrollo de las dinámicas sociales y económicas de las comunidades involucradas. Proyectos que se entienden a partir de la participación horizontal de usuarios y proyectistas, materializándose en experiencias construidas que promueven una mejora en la forma de vida de sus habitantes.
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Fuente: ArchDaily Perú