11:41|21 de diciembre de 2016.- El asesinato de Rosa Andrade Ocagane, última mujer hablante de la lengua resígaro, podría quedar impune. La mujer, de 67 años, fue asesinada atrozmente a fines de noviembre y su presunto victimario, un sujeto identificado como Rubén Mendoza Izuiza, fue puesto en libertad por el fiscal provincial Juan Alberto Basilio Atencio.
El cuerpo sin vida de Andrade fue hallado en su chacra el 25 del pasado mes, en la comunidad Nuevo Esperanza, en la provincia loretana de Ramón Castilla, según detalla un reporte amplio de Alberto Chirif, antropólogo que la conoció y uno de los primeros en dar aviso de su muerte.
“Había sido decapitada. No se encontró su cabeza, ni tampoco su corazón”, señala el reporte. Frida Vega, sobrina de Andrade, confirmó esta versión al diario español El País en una nota publicada hoy.
Rosa Andrade no solo era la última mujer hablante de resígaro, sino también estaba entre los 40 únicos hablantes de la lengua ocaina, tanto en Perú como en Colombia, a ambos lados del río Putumayo, destaca el mismo medio.
Sobre el presunto homicida, la familia de la víctima mantiene su versión de que Mendoza Izuiza, un foráneo, sería el autor. En diálogo telefónico con Pablo Andrade, hermano de Rosa, este sostuvo que Mendoza “era el único que transitaba la zona” donde vivía su hermana, en el distrito de Pebas.
“Ella vivía sola en su casita, tenía una sobrina que la visitaba. Ella nunca ha tenido problemas con la gente”, explicó Pablo, quien también es morador de la comunidad de Nueva Esperanza.
Frida Vega, sobrina de Rosa, lamentó ante el medio español que el fiscal Basilio Atencio haya dictado comparecencia restringida contra Mendoza Izuiza “pese a que al hombre le encontraron un bolso con sangre que pertenecía a mi tía y a que las personas lo han visto llegando al lugar con una ropa y saliendo de allí con otra”.
Para Vega se trataría de un asesinato por encargo. Para el viernes están citadas en la Fiscalía provincial en Caballococha, capital de Ramón Castilla, la sobrina de Andrade y otra decena de personas, entre parientes y vecinos.
Alberto Chirif resalta en su informe el enorme aporte de Andrade para la recuperación y revitalización de las lenguas resígaro y ocaina y su cultura, “de la que conocía un repertorio extenso de canciones y relatos de la tradición oral.”
“Hace unos años, (Rosa) se ofreció a transmitir sus lenguas a los niños de Nueva Esperanza que aún no asistían a la escuela, mediante cantos tradicionales, cuentos y artesanías. Recientemente con el proceso de normalización consensuada del alfabeto ocaina, adelantado por el Ministerio de Educación del Perú, doña Rosa volvió a ser designada como la abuela sabia que enseñaría a los niños”, destaca.
Algunas organizaciones indígenas, defensores y defensoras de derechos humanos, activistas, entre otros, han llamado la atención por el brutal asesinato y exigen justicia. Esto en medio de la nula cobertura del tema de los medios de comunicación nacionales.