Tras conocerse el reciente asesinato a dos líderes indígenas, el presidente de la Organización Regional Aidesep Ucayali (ORAU) denuncia que estos asesinatos ya no son casos únicos y/o aislados. Asegura además que muchos funcionarios no atienden los reclamos territoriales de las comunidades indígenas, dejándolas sin herramientas de defensa ante las actividades ilegales.
Por: CAAAP
18:20 | 1 de marzo de 2021.- En los últimos días dos líderes indígenas fueron asesinados en Ucayali, presuntamente a manos de personas vinculadas al narcotráfico u otras actividades ilegales, como el tráfico de tierras. Las víctimas, del pueblo indígena cacataibo, fueron Herasmo García Grau y Yenser Ríos Bonzano. Desde el CAAAP hemos conversado con Berlín Diques, presidente de la Organización Regional Aidesep Ucayali (ORAU), quien solicita más voces y más unión en torno a la causa de los pueblos indígenas y advierte que, de no hallarse una pronta solución, podría con el tiempo generarse un nuevo «Baguazo» en protesta por la permanente vulneración a los derechos de los pueblos indígenas.
-En pocos días se han conocido dos asesinatos de líderes indígenas en la zona. ¿Cómo se siente el movimiento indígena de Ucayali ante estos hechos?
En este momento, por supuesto, condenamos estas actitudes frente a pobladores indígenas. La verdad, como organizaciones que defendemos colectivos y derechos de territorios, estas incidencias hacen ver que la situación del problema social en nuestra región, sobre todo en contra de los defensores de derechos humanos y ambientales, es extrema. Somos avasallados permanentemente. En este momento la selva se desangra porque las autoridades de turno aún no responden ni reaccionan frente estos casos violentos. Desde la Organización Regional Aidesep Ucayali condenamos fuertemente estos hechos con la finalidad de que la situación que enfrentan las comunidades nativas pare de una vez por todas.
-¿Qué papel desempeñaban estos dos líderes en sus comunidades?
Ellos fueron protectores del medio ambiente. También protectores de los derechos humanos, porque ellos estaban cumpliendo una labor muy importante para sus comunidades, sobre todo Herasmo, quien estuvo haciendo un recorrido en la zona de la periferia de los límites de su territorio, y justamente se encontró con esta dramática muerte.
-¿En qué situación se encuentran ahora las familias de los hermanos indígenas asesinados?
He estado acompañando todo el proceso desde el día que se supo la noticia. La verdad que es una cosa indignante porque la familia estaba tan desesperada, sin saber qué hacer en ese momento. Inclusive ni siquiera pueden dar detalles o informaciones abiertas a nosotros, siendo que venimos luchando por ellos. Sin embargo, les entendemos completamente por lo que están pasando. No es nada fácil entender o aceptar la situación que atraviesan en este momento. De hecho, va a haber huérfanos y viudas allí, y como en los casos de anteriores líderes que fueron también asesinados. Y, mientras tanto, el Estado no responde nada.
-Se tiene noticia de que, cuando se pide protección para los defensores, las autoridades competentes no garantizan tal protección en especial en las comunidades ¿Están emigrando por la presión muchos hermanos indígenas hacia las ciudades, abandonando sus comunidades?
El temor y la zozobra en este momento en las propias comunidades, hace que los pobladores busquen refugios. Es por ello que mucha gente, tal vez, tratando de protegerse, busca lugares donde poder esconderse. Y, sobre todo; no solamente los comuneros, sino uno mismo como líder, estando en el escenario más público. Somos los puntos blancos para cualquier acción o ser víctima más adelante, y eso es entendible.
-Las autoridades tanto regionales como nacionales, e incluso internacionales, tienen conocimiento de esta situación. No son solo amenazas contra el pueblo cacataibo, sino también en otras zonas como Tahuanía se están registrando amenazas y muertes, y en otros puntos de la Amazonía. ¿Qué opinión tiene de esto?
No espero nada de la reacción de las autoridades locales, regionales y nacionales, porque este no es un solo caso, sino que ya hay casos anteriores. El caso de los cuatro líderes asháninkas de Saweto, el caso del hermano Pío, el caso del hermano Arbildo, el caso de los dos líderes en este momento. Vemos que hay una inoperancia en la acción inmediata del Estado, ¿Por qué? Porque, como decimos en varios pronunciamientos, puede ser que los propios funcionarios públicos del Estado estén coludidos con la corrupción. Entonces eso hay que tenerlo clarísimo. Hoy hemos visto que, cuando nosotros reunidos discutíamos el tema de los protectores del medio ambiente y de los derechos humanos, muchos de los que hemos acompañado el proceso de defensa y lucha de los pueblos indígenas, han demostrado claramente que echan la culpa mayormente a los funcionarios. Por ejemplo, el caso de Unipayaku, el caso en este momento de Sinchi Roca, que a sabiendas de los gobiernos regionales, no han tomado acciones en el mismo momento.
Recordar que, para que Unipayaku sea reconocido o continúe con su proceso de titulación, han pasado 30 años. Y no es posible. Mientras tanto, a los solicitantes de parcelas independientes, en dos o tres meses, el Ministerio de Agricultura les otorga la parcela definitiva. Vayamos a mirar y observar qué tanta diferencia existe entre reclamar un derecho colectivo de un área comunal, y la de un parcelero que tiene dinero y que corrompe funcionarios. Es una clara verdad la desigualdad que existe entre los sectores públicos para favorecer un parcelero a comparación de una comunidad nativa.
-Especialistas indican que varias zonas de Ucayali se habrían ya, de facto, convertido en el nuevo VRAEM…
Le comento que, a raíz de todos los acontecimientos que vienen pasando en estos momentos, tanto a nivel social como ambiental, haciendo un resumen, recabando la información que la misma Gerencia Forestal y de Fauna Silvestre de Ucayali emite, hay un informe de manera pública indicando que el mayor porcentaje de desbosque en este momento en la selva de la región Ucayali es por actividades ilegales, por la presencia en el sembrío de hoja de coca.
Entonces podemos decir que esto no es algo oculto. Está apareciendo tanta gente foránea, externa, que prácticamente viene a promover la economía ilegal que proviene del narcotráfico. A la larga y corta, esto está generando un caos social, un segundo VRAEM. Si nosotros ubicamos los lugares intervenidos por mano de obra por narcotráfico, en este momento son Padre Abad, Masissea, Abugao, Tamaya, Flor de Ucayali, Tahuanía… Podemos decir que esta información no es oculta, es pública, pero lamentablemente las autoridades no toman acción.
-Desde ORAU, ¿cuáles son los próximos pasos a dar?
Vamos a seguir haciendo incidencia a través de la compañía de muchas instituciones, sobre todo de las ONG que colaboran mucho con nosotros y acompañan el proceso de lucha. Sin embargo, en temas más internos, nosotros estamos formulando estrategias de intervención para tales lugares. Pero eso es un tema muy interno nuestro que próximamente sabremos cómo accionar, porque no es momento de seguir esperando la acción del Estado peruano frente a esta situación que estamos pasando. Creo que nosotros ya tenemos que tomar acciones inmediatas de acuerdo a nuestra propia cosmovisión y costumbres ancestrales.
-¿Un mensaje final?
Quiero solicitar a las autoridades, una vez más, a que se unan a nuestra lucha, tenemos que anticiparnos. Los indígenas no queremos lamentar más adelante, no queremos ser un Baguazo más en la historia porque la situación real de los pueblos indígenas frente a su propia seguridad está en juego en estos momentos. A nosotros, que venimos conservando bosques, promocionando y promoviendo la mitigación del cambio climático, no nos están mirando por ese lado. Más nos están mirando como grupos humanos que nos negamos al desarrollo del país, cosa que no es así. Sinceramente, queremos ser respetados, escuchados, y por lo mucho, atendidos.