El 12 de febrero, en Lima, Oxfam Perú presentó su informe El laberinto verde. Políticas, normativas y agronegocios en la Amazonía peruana. Este documento sistematiza datos sobre la deforestación desde la década de 1990 y destaca el papel de los agronegocios como el principal motor de este problema, señalando a las grandes empresas como las mayores responsables del daño ambiental. Además, evidencia cómo estas actividades vulneran los derechos de los pueblos indígenas, mientras el Estado incumple su deber de protección ambiental y garantía de derechos.

Foto: Enrique Avilés
14.45 | 17 de febrero, 2025.- El avance de los agronegocios en la Amazonía peruana en los últimos treinta años ha provocado serios daños ambientales, además de amenazas a defensores ambientales y de derechos humanos, desigualdad en la distribución de la tierra y otros conflictos. Estas son algunas de las conclusiones del informe “El laberinto verde. Políticas, normativas y agronegocios en la Amazonía peruana”, presentado el 12 de febrero en Lima por Oxfam Perú.
Estas afirmaciones se basan en datos recopilados a partir del análisis de la explotación forestal y el cambio de uso de suelo en el Perú desde principios de los 2000. Según el informe, por ejemplo, 1.1 millones de hectáreas de la superficie agrícola en la Amazonía, al 2021, corresponden a bosques perdidos entre los años 2001 y 2017. Analizando los últimos años, el informe revela que las actividades agropecuarias son uno de los mayores promotores de la deforestación en la Amazonía y se estima que, entre los años 2015 y 2022, se perdieron 773.000 hectáreas de bosque solo en las unidades agropecuarias de mayor extensión (más de 60 hectáreas).
Los costos sociales de la llamada “expansión de la frontera agrícola” impactan especialmente a los pueblos indígenas, que, al ver sus territorios amenazados, arriesgan sus vidas por la defensa de sus territorios y se enfrentan a la explotación indiscriminada de sus recursos naturales. “Es importante entender que la deforestación tiene que ver con un proceso de despojo territorial que amenaza a los pueblos indígenas. La raíz del problema es que los procesos de titulación de tierras a comunidades indígenas son abandonados por el Estado y mientras tanto avanzan las invasiones. Obtener un título de propiedad para nosotros es como nadar contra la corriente, pero seguimos luchando para proteger nuestros bosques de la proliferación de economías ilegales y de monocultivos”, señaló Ketty Marcelo, presidenta de la Organización Nacional de Mujeres Indígenas Andinas y Amazónicas (ONAMIAP), durante la presentación del informe.

Ketty Marcelo – Presidenta ONAMIAP
En cuanto a los costos ambientales, el informe advierte que los agronegocios tienen múltiples y severos impactos ambientales en la Amazonía. La deforestación es la principal fuente de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en el país y, en 2019, el 48% de estas emisiones provinieron del cambio de uso de suelo. Estos datos contrastan con el discurso de la clase política peruana, que responsabiliza principalmente a los pequeños agricultores por la expansión agropecuaria y sus consecuencias en el ambiente.
“El laberinto verde” revela que la mayor parte del daño ambiental causado por el principal monocultivo de la Amazonía peruana, la palma aceitera, proviene de actividades realizadas por grandes empresas. Para 2021, el 45% de las emisiones de carbono generadas por estos cultivos en la región procedía únicamente de cuatro plantaciones. El documento también señala que la relación entre pequeños y grandes productores está marcada por la tercerización de la responsabilidad ambiental. En este esquema, pequeños agricultores invaden y deforestan los bosques para luego vender las tierras ya despejadas a grandes empresas, que facilitan estas prácticas de tráfico de tierras y su posterior formalización.
La expansión de los agronegocios y el favorecimiento de estos en los procesos de titulación por parte del Estado generan conflictos sociales, en los que los pueblos indígenas ven sistemáticamente vulnerado su derecho a la seguridad jurídica de sus territorios. Según lo destacado en el informe: “Existe un triángulo mortal, entre avances de actividades de cambio de uso de suelo, vulneración de derechos territoriales de pueblos indígenas y pérdida de biodiversidad que pone en riesgo la identidad y la vida de personas defensoras del ambiente y del territorio”.

Presentación en Lima de «El laberinto verde. Políticas, normativas y agronegocios en la Amazonía peruana»
Por último, pero no menos importante, los impactos de la deforestación también amenazan la identidad cultural de los pueblos indígenas, como destacó Ketty Marcelo: “La deforestación por monocultivos destruye todo: cuando deforestan nosotros perdemos nuestras semillas, por ejemplo, y nuestros lugares sagrados. Esto hace que corremos el riesgo de perder nuestra conexión con la naturaleza. Esta pérdida intangible nos afecta muchísimo como pueblos indígenas”.
Las cifras dejan en evidencia la magnitud del problema y la urgencia de actuar. Mientras la deforestación avanza y sus impactos se intensifican, es necesario repensar nuestro papel en la protección de la Amazonía. Estos datos invitan a reflexionar sobre las verdaderas causas de la crisis y la necesidad de sumar esfuerzos para frenar su avance.
Accede al informe completo: https://goo.su/S5Ju8